CÓMO HAN PASADO LOS AÑOS

A finales del siglo XIX Mieres tenía una extensión que iba desde Oñón hasta La Villa. La mayor parte de las casas se situaba al pie de la carretera Gijón-Adanero (hoy calles Oñón, Teodoro Cuesta y Ramón y Cajal). Desde esa carretera hasta el río Caudal no había más que tierras, una vega fértil y llana.

La llegada del ferrocarril puso en peligro esa vega, ya que los planes de la ferroviaria pasaban por atravesarla. Los mierenses lucharon para salvar sus tierras y lograron que las vías al otro lado del Caudal (tal y como están hoy en día). Sin embargo años después los ferrocarriles mineros acabaron por atravesarla y la construcción en esas tierras comenzó poco a poco a acabar con la vega.
La calle como tal recibe este nombre desde 1982. Anteriormente fue conocida como calle Capitán Galán (1931-1937) y calle Conde de Guadalhorce (1937-1982).



En 1.884 se inician las explotaciones de  cinabrio  en los yacimientos de La Peña y El Tarronal por las empresas  La Unión Asturiana y El Porvenir de Asturias. La Unión se beneficiaba cada mes de 4.000 a 4.500 quintales de cinabrio, y obtenía, en los 9 meses que duraba la campaña, 960 frascos de 75 libras de mineral destilado. En 1.964 la producción fue de unos 10.000 frascos (5 % del total mundial), en 1.968 era el segundo productor de España. La crisis de la minería del mercurio abocó a su cierre en 1.974.

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