No suelo fijarme mucho en las cosas
que hay a mi alrededor cuando voy caminando por la calle. Soy tradicionalmente
un viandante despistado, de esos que se entera de que ha abierto un comercio o
de que han pintado un edificio delante del cual paso todos los días bastante
tiempo después de que se haya abierto el comercio en cuestión o de que se haya
pintado el edificio.
¿A qué viene esto? Pues a que hace
unos días me percaté de que habían hecho algo, que respondía a una de mis
reivindicaciones históricas: desbrozar el bardial, la bardia o el zarzal que
había en Vega de Arriba, justo detrás de las antiguas piscinas descubiertas
(hoy canchas de vóley-playa, un deporte practicadísimo en el concejo y con una
larga tradición histórica) y al lado de la pista de rallyes para coches a radio
control.
No sé si esto también será obra de los
trabajadores del plan local de empleo, ya que ahora han empezado a limpiar
carreteras de los pueblos e incluso vi hoy mismo uno de ellos barriendo en el
paseo fluvial, a la altura del puente de La Gaviota.
Me tiene sorprendido el que se estén
mandando a los trabajadores del plan de empleo cosas que los ciudadanos
llevamos pidiendo años y que ahora se realizan, según me da a mí, por tenerlos ocupados,
pero cosas útiles y necesarias al fin y al cabo.
Volviendo al tema de la exbardia,
confío en que la aprovechen, para algo, ya sea un pequeño parque, una zona de
esparcimiento canino de esas que están últimamente de moda, huertos urbanos o
para hacer una zona para jugar a la petanca, me da exactamente igual.
Lo que está claro es que no podemos
tener un terreno tan llano, grande (más de lo que yo pensaba ahora que lo vi
sin maleza), sin ningún tipo de uso. Y ahora ya no es excusa el que esté sin limpiar.
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