El ambiente en Degaña está muy
caldeado después de que hace unos días unos encapuchados tratasen de atacar a
Victorino Alonso y pegaran una paliza bastante considerable con todo tipo de
instrumentos a su mano derecha (el número dos de la organización que preside el
ilustrísimo Victorino Alonso).
Y aunque cosas de estas son difíciles
de justificar, también es muy difícil de justificar y entender cómo un
empresario tan ‘honorable’ puede mantener a sus trabajadores en la situación en
la que los mantiene, con numerosos sueldos pendientes a los que trabajan y
habiendo mandado a muchos a casa, con EREs y despidos que han recortado
bastante la plantilla.
Y es que Victorino Alonso, leonés de
nacimiento, es un empresario que se ha hecho de oro gracias a las vacas gordas
del carbón, hace ya un par de décadas, y que ahora asegura no tener viabilidad
económica en unas minas que aún siguen produciendo carbón.
Lo peor de la situación de Degaña no
es todo lo que está aconteciendo es que, además de esto, nadie da explicaciones
de nada. Los trabajadores que aún quedan en activo llevan, como les decía,
meses sin cobrar, y el futuro de Uminsa (la sociedad que explota las minas) es
más que incierto.
Eso sí, no habrá dinero para pagar a
los trabajadores, pero el propio Victorino Alonso sigue desplazándose en un
Mercedes, con su chofer y seguridad privada (no vaya a ser que le pase algo), e
imagino que ahora duplicará su escolta ya que el día del casi ataque iba sin
ellos. La paradoja del empresario supuestamente ‘arruinado’ o sin fondos para
pagar a sus trabajadores: no tiene dinero, pero tiene de todo.
Ojalá las cosas se arreglen, ya que de
otra manera va a ser realmente complicado reactivar un concejo como Degaña, que
vive en grandísima parte de sus minas, como aquí hace no muchos años.
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