Había dinero para todo. Y esa es la
única explicación posible que tienen cosas difícilmente explicables. Había
dinero y había ganas de gastar, sin mirar en qué. Así nos fue y así nos va…
Hace no muchos años, aprovechando el
cambiazo de la Sierra de Máximo, con la construcción de los pisos de OCA y la
urbanización de la zona, se decidió comunicar esa zona, a través de la nueva
calle Chema Castañón, con la estación de FEVE, al final de la Manuel Llaneza.
*El mencionado ascensor. |
Había que salvar un pequeño desnivel
de altura que había entre las dos calles (la Manuel Llaneza estaba y está muy
por encima de la Chema Castañón). ¿Solución? Fácil… Unas escaleras. Quince
peldaños de una escalera normal y corriente, de metal. Y una barandilla encima
de este nuevo muro que disfrazaba el desnivel.
Esto era lo previsto en el proyecto
inicial. Se pensó que iba a ser poco, así que parte del muro se dedicó a otra
escalera que desemboca justo debajo de la escalera que da servicio al paso
elevado sobre las vías de FEVE (sí, parece un trabalenguas).
Todo ello coincidió con la época en la
que se promovía la desaparición de las barreras arquitectónicas y todo aquello
de lo que tristemente ya no se escucha, y como el proyecto no contemplaba
ninguna rampa y era difícil construirla, tal y como estaban las cosas, se
planteó erigir un ascensor que comunicase las dos calles.
Se colocó el ‘cajón’, las puertas y
hasta los botoncitos de llamada. Nunca se llegó a abrir. Nunca nadie ha visto
cómo es por dentro el ascensor, ni adónde conduce. Paradójico. Lo que iba a
salvar las barreras arquitectónicas se ha convertido en una barrera
arquitectónica en sí.
Si tan siquiera se pudiera usar, qué
se yo, como máquina del tiempo para dar marcha atrás hasta el 2008-2009 y
evitar su construcción y alguna que otra cosa más…
Comentarios
Un puente antiguo que podía dar una imagen bonita de Mieres, pero no...