No es nada nuevo el tema de esta
semana para aquellos que entren en el blog con asiduidad. Lo comentaba con
Plauto y él me señalaba que eran varios los casos de vertederos ilegales
denunciados tanto por lectores como por nosotros, los ‘columnistas’ en esta
página desde sus inicios. Y que muchos de ellos aún siguen usándose como tal.
Ello vino a raíz de que, hace unos días,
de vuelta por la zona de El Carrilón, a escasos metros de Mieres, observé uno
de esos vertederos, justo bajo una curva que hace la carretera a la altura del
viejo merendero de El Chorru. Un vertedero que había pasado desapercibido por
la maleza, pero que ahora, después de que los operarios del tendido eléctrico
desbrozaran la zona, ha quedado totalmente expuesto. Colchones, macetas, mesas,
materiales de construcción… De todo un poco, como suele ocurrir.
Me comentaba Plauto, que conoce bien
todo lo que es la zona rural del concejo, que esto es mucho más frecuente de lo
que se cree y que cualquier sitio vale, incluso en la zona más alta y remota de
un monte.
*El vertedero pirata, en las inmediaciones de El Carrilón. |
Sí encontraba, en la web municipal, un
documento muy interesante, con unos años de antigüedad, que alertaba de lo
complicado que es erradicar todos los que hay por cuatro razones:
-1) Muchos de ellos ‘renacen’ después
de haber sido eliminados (sí, la misma gente guarra que en su día comenzó a
tirar basura, sigue haciéndolo después de que se limpie la zona, con lo que
volvemos a lo mismo).
-2) Falta de medios. El documento, de
la Agenda 21 (una especie de comisión que tiene el Ayuntamiento para temas
medioambientales y en la que participan otras entidades y organismos) reconoce
que muchos de estos vertederos son inaccesibles y que los medios de los que se
disponen son insuficientes.
-3) El coste y la imposibilidad de
recuperarlo. Quien acaba pagando es el Ayuntamiento. Sí. El Ayuntamiento acaba
pagando el coste de la limpieza y quienes ensucian se van de rositas, pues es
casi imposible sancionar o multar por tal conducta.
-4) El mantenimiento de la zona. En
los vertederos recuperados se habían colocado señales de “prohibido verter basuras, bajo multa de xxx euros”. El documento
revela la insuficiencia de estas señales. ¿Quién va a controlar que no se tire
más basura? Sencillamente, nadie.
Un problema difícil de solucionar, que
da mucha rabia: quien lo hace, no lo paga y puede ‘reincidir’ como si nada. Una
lucha que va a durar mucho tiempo pero que, quién quita, ojalá algún día sirva
para que el concejo llegue a estar libre de vertederos piratas.
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