Jesús
Casado Cuadrado, conocido como Jesús El Pirulero, llegó a Mieres entorno al año
1949, procedente de Salamanca, donde había nacido en el año 1902, y en busca de
un futuro mejor en la minería, como tantos otros emigrantes.
Se
instaló en el entonces recién construido barrio de Santa Marina (más
concretamente, en el número 5 de la actual calle Severo Ochoa) y comenzó a
trabajar para la empresa Hulleras de Turón. El salario que percibía como minero
acababa siendo muchas veces insuficiente para mantener a una familia en
aumento, por lo que, tirando de ingenio e implicando a todos los miembros de su
familia en su producción, comenzó a vender sus famosos pirulís.
*Jesús, con su palo, en Los Mártires, en los años 60. |
Viendo
el éxito obtenido en Santa Marina, Jesús comenzó a moverse por Rioturbio,
Figaredo, Ujo, Turón y gran parte de los pueblos del concejo, hasta convertirse
en un personaje popular y muy querido en todo Mieres.
Jesús
falleció a los sesenta y cinco años, en 1967. Dejó seis hijos y una figura que
permaneció en el recuerdo de la gente del barrio en el que vivió durante una
buena parte de su vida.
En
el año 2007, el colectivo Guajes de Santa Marina decidió materializar ese
recuerdo en una escultura. Se encargó su realización al escultor Manuel Linares
y la constructora OCA, responsable de varios proyectos en La Mayacina, fue la
encargada de adquirirla para posteriormente donarla al colectivo. Se ubica
justo delante de la iglesia del barrio y a escasos metros del bloque en el que
vivió Jesús.
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Comentarios
Eran otros tiempos... Si se pusiera hoy a venderlos, viendo como está todo, le pedirían la autorización de venta ambulante que concede el Ayuntamiento, el registro de Sanidad, la declaración y alta como autónomo en Hacienda... Vamos, que no ganaría ni para pipas.
Ahora resulta que habrá que ser caudillo o rey para que te hagan una estatua.