Hay que ver cómo son las cosas… Cuando
se construyó el paseo fluvial, a principios de los años 90, se optó por colocar
en una pradería que había (y hay) antes de llegar a El Pedroso un par de
plantas vistosísimas. Unas plantas que recordaban a los plumeros que todos
teníamos en casa, antes de la llegada de los aspiradores, para limpiar el
polvo.
Aquel par de plantas llamaba tanto la
atención que incluso había gente que se paraba a coger cañas, esquejes o
semillas con el fin de tener en su casa una planta igual. No sabían, ni ellos,
ni yo, ni nadie sin conocimientos de biología, que aquella planta iba a ser
declarada especie invasora y altamente perseguida apenas veinte años más tarde.
Hablo del plumero de La Pampa, o,
técnicamente, la ‘cortaderia selloana’, una planta que en Mieres no llegó a
instalarse con tanta fuerza como en otros concejos. Aquí, su presencia se
reduce a ese par de plantas próximas a El Pedroso, varias que adornan los
jardines de Vega de Arriba y el barrio de San José en Ujo (donde se hizo la
foto que acompaña al texto) y alguna en el tramo del paseo fluvial entre Ujo y
Santa Cruz, que yo sepa, aunque seguramente habrá alguna más.
*Un plumero, en el Bº San José de Ujo. |
Es tan invasora que hace poco, el
grupo parlamentario de IU pedía a la Junta General del Principado un plan para
acabar con esta especie. Antes, varios ayuntamientos se habían manifestado en
contra de la misma e incluso las organizaciones ecologistas que operan en el
Principado habían comenzado a realizar pequeñas campañas de arranque de plantas
de esta especie. Incluso se ha hablado de multar a aquellos que reproduzcan
este tipo de especie en sus casas o fincas particulares.
En Mieres tenemos ligera ventaja: el
concejo tiene muy poca presencia de este tipo de plantas, como comentaba al
principio del artículo. Ahora bien, ¿qué debería hacerse, viendo cómo están las
cosas en otras casas?
La primera opción sería esperar a que
la Junta se pronuncie y ver si establece o no un plan de actuación contra el
plumero de la pampa. Otra opción sería pasar de la Junta e ir censando por
nuestra cuenta, como se ha hecho o se está haciendo en algunos concejos
costeros, los ejemplares de este tipo de planta que hay, a fin de tenerlos
controlados de cara a su posible erradicación. La tercera opción sería pasar de
la Junta, de los censos y de todo y dejar las cosas como están.
Hay quienes han comparado esta planta
con el eucalipto y su terrible invasión. Y apuntan a que si bien lo de los
eucaliptos se nos fue de las manos, aún estamos a tiempo de parar el avance del
plumero de La Pampa.
No sé… El tema promete seguir dando
noticias y quién sabe si los políticos llegarán esta vez a tomar conciencia
medioambiental y se decidan a cargarse esta especie invasora. Habrá que ver qué
ocurre aquí… De esas tres opciones de las que hablaba antes, yo iría preparando
el censo… No vaya a ser…
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