Jueves
día 29 de diciembre, a dos días de Nochevieja y Año Nuevo, fiestas para las que
se compra sin límites. Era sobre la una menos veinte de la tarde cuando me
acerqué a comprar al supermercado al que voy todos los días, unas veces más
temprano y otras más tarde. Hablo de un supermercado que está muy cerca del
parque Jovellanos con entrada por dos calles. Llego allí y me encuentro con
mucha gente fuera. Pregunto qué ha pasado y me responden: alguien ha vertido
¿un spray? ¿unos polvos? –los que allí estaban no se aclaraban- que ha
provocado picores e irritación en los ojos y en la garganta tanto de clientes
como de trabajadores. Algunos tosen, otros se muestran enfadados con el o los
que han llevado a cabo tal hazaña. No es la primera vez que pasa: unos meses
antes, lo mismo: el supermercado desalojado por irritaciones, aunque más leves,
en clientes y empleados.
Se
desplegó el protocolo de actuación para esos casos, se evacuó y los cuerpos de
seguridad del estado actuaron. ¿Cuánta gente pudo verse afectada? Bastante.
Había
quienes afirmaban que era una estrategia para robar, entre el follón que se
tuvo que armar con el desalojo del híper. Otros sostenían que eran sabotajes de
la competencia. Sea lo que sea, me parece intolerable que haya gente que se
dedique a hacer cosas como esta. Son poco menos que terroristas que van por ahí
rociando con sprays o soltando polvos para irritar –y molestar, también- a la
gente que caiga. Y manda narices hacerlo en estas fechas, a media mañana.
Espero sinceramente que quien haya sido caiga y que el supermercado no vaya a
ver mermada su reputación por hazañas como estas.
Me
sorprendió también que mientras que lo ocurrido hace unos meses salió en
prensa, en los dos diarios regionales por excelencia, este hecho, pese a ser
más grave, y afectar a más personas, no salió. Ni una mísera columna se le
dedicó, no sé si porque no trascendió, porque habría cosas más importantes que
contar, o por no querer alarmar a la ciudadanía.
Lo
dicho, espero que den pronto con el responsable o los responsables. Nos
quejamos de que están poniendo cámaras de vigilancia en muchos sitios, pero es
que al paso al que vamos, con gente tan graciosa como esa, va a ser lo que nos
quede.
Elisa
Martínez Alonso
Mieres
Tweet
Comentarios