LA TRIBUNA DE MONTERDE: Miremos a nuestro Naranco

Si hay algo que han sabido explotar los ovetenses, a todos los niveles, es un monte cercano a la ciudad, al que fácilmente se puede subir andando y que permite disfrutar de una panorámica impresionante de la capital del Principado. Hablo, como es lógico, del Naranco. Quién pudiera tener en Mieres un monte así, en el que organizar pruebas deportivas como se hace en el Naranco, con un mirador que permitiese disfrutar casi a vista de pájaro de toda la villa. Un momento… ¡Si lo tenemos! El monte Siana, con el picu Siana como referencia.
*Mirador del picu Siana.
Cualquiera que subiera el pasado verano al picu más popular del concejo habrá visto cómo decenas de personas aprovechan que está a diez minutos en coche para subir a pasar la tarde, leyendo, jugando a las cartas o escuchando música mientras se toma el sol del monte. Gente que sube a tomar el sol y el aire, con un par de bocadillos, una radio, una sombrilla y sus tumbonas, a la vez que disfrutan del paisaje. No solo gente que va a pasar la tarde se encuentra por allí. También es frecuente toparse con ciclistas, senderistas, ganaderos e incluso agentes con perros que están siendo objeto de entrenamiento para los distintos cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado.
Es nuestro Naranco, más modesto, sin monumentos, sin chalets y sin un enorme Cristo en la cima. Pese a que muchos mierenses sí hacemos uso de este escenario natural, poco es el cuidado que se le da a la zona, con una carretera repleta de baches, tramos en los que el firme es lo siguiente a irregular o desbrozada de mala manera. Poca es también la promoción que se le hace desde el Ayuntamiento a un monte que podría dar mucho juego, en particular a nivel deportivo. Podría acoger la celebración de pruebas deportivas, como carreras de montaña, de ciclismo e incluso de otros deportes más ‘ruidosos’, como el motocross. A nivel turístico, llama la atención que en ninguna guía de las editadas por el Consistorio se haga referencia alguna al monte, pese al potencial turístico y paisajístico que tiene, con su mirador en la cumbre, que ofrece espectaculares vistas del casco urbano de Mieres. Solo se habla del picu Siana en una ocasión, al hilo del PR Senda de Rañaoriu, que pasa doscientos metros por debajo del picu, adentrándose ya en la loma que separa el valle de Cuna del de Nicolasa, en dirección a Llosorio.
*Vistas desde el mirador del picu Siana.
Tampoco, una vez más, la señalización vial ayuda. Solo una señal, pasando Siana, avisa de que hay una carretera que comienza a mano derecha y que lleva al picu Siana. Una señal normal, nada de esas con fondo de color malva que avisan de la existencia de un mirador y/o merendero, o de esas de fondo marrón que avisan de la existencia de un paisaje del que merece la pena disfrutar. Ni en el casco urbano ni tan siquiera fuera de él, a la altura de Renfe, se avisa a los conductores de que a diez minutos tienen este monte y que pueden llegar con el coche casi hasta el mirador.
Lo tenemos y no sabemos ver todo el potencial que ofrece, más allá de esa gente que sube muchos días de sol a jugar a las cartas, escuchar la radio y ponerse morenos. Claro, que lo del picu Siana no deja de ser solo un ejemplo de cómo hemos sacado muy poco provecho, preocupándonos poco o nada, a todos los niveles, de nuestro entorno natural.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
El picu Siana va camín de quedar solo pa que la gente vaya a f y lo que sigue y a tirar les cenices de los que mueren. La pena está que mete miedo de placas, floreros y cosas que recuerdan a los que van allí a verter cenices. ¿Eso no está regulao?
Anónimo ha dicho que…
Quiero decir, puedo tirar les cenices de un familiar y colocar un cachu placa con su florero y floripondios en un peñón que es un monte público?
Felipe ha dicho que…
Lo de les cenices ta descontrolao. Tuve en Madrid va unos días y en el Retiro y el parque del Oeste la gente va a tirar cenizes igual que les tiren al mar y donde pinte.
Paezme a mí que ya ye tarde pa ponese a regular nada.
Anónimo ha dicho que…
Ay el tema de los carteles indicadores... prefiero no comentar el atraso de nuestra cartelería indicadora urbana.

Un área recreativa en la cima, tipo la Teyerona, no estaría mal.
Llaneza ha dicho que…
Lo primero que quería decir es que no sé cuántos mierenses pisaron el Picu Xana, pero creo que muy pocos, pues el picu está a cinco minutinos (tranquilamente) más allá del Mirador.

Estoy muy de acuerdo con el post y, así a bote pronto, se me ocurren diferentes formas para la carrera de montaña (en colaboración con otros concejos, aunque no sé si sería autonomía municipal o autonómica): Una que sea todo el cordal hasta Lena y otra que una dos montes sagrados; el Monsacro (Mons sactus, Monte Sagrado) y el Llosorio (Luxorium, en referencia al dios celta Lug)

Además de aprovechar los restos mineros de ese monte y, quizás, por qué no, intentar apañarselas para crear una vía ferrata potente en la zona de Lloréo. Cuidar los caminos, por ejemplo, el PR Llosa Alfonso, imposibilitar que mastines puedan saltarte si subes por la carretera de Xana y una buena señalización quizás pueda potenciar la zona.

Pero pa saber que hay eso hay que pisar calle y pisar monte y no intentar copiar proyectos para gastarse 5 millones de euros en un tren minero que no va a ser rentable y va a joder una senda verde (que tampoco los responsables debieron pisar mucho pues no se cambió la placa de movimiento para iluminar el túnel desde que la robaron). Que esa es otra, ¿merece la pena invertir en Mieres cuando a los dos días va a venir algún simpático a joderte lo que pusiste?
Eva ha dicho que…
Es un lugar precioso y sí muy mal aprovechado, con mala carretera y señalización la justa. Este verano mi marido y yo subimos varias veces y es cierto que había mucha gente en las veredas tomando el sol y matando la tarde, al aire libre, algunos con niños y todo.
Lo de las cenizas es algo que personalmente no comparto. Creo que hay columbarios y, si no, es mejor dejarlas en casa a tirarlas en un mirador, y encima poner tantos adornos, que dan cierto respigo cuando uno llega arriba. No por temas de creencias, sino más bien de higiene y conciencia para con el resto de montañeros que pasen por allí.