HISTORIAS DE NUESTRA HISTORIA: Una muestra del peligro de los pasos a nivel (1962)

El número de pasos a nivel en el concejo se ha reducido drásticamente en los últimos años y los que hoy existen pueden contarse con los dedos de una mano, casi todos ellos para dar servicio a viviendas o pequeñas poblaciones, como Baiña, Pumardongo, parte de Ablaña o parte de de Vegapiqueros, en Figaredo.
Los pasos a nivel, con o sin barreras, fueron fuente de innumerables accidentes que pusieron de relieve el problema que para la seguridad vial suponían estas formas de cruzar las vías del tren. Algunos, con drásticas consecuencias, como el accidente que ocurrió en la noche del 16 de agosto de 1962, en un paso a nivel situado en Reicastro, que era necesario cruzar para entrar a Ujo.
Eran las diez y media de la noche cuando un autobús de Emutsa, que hacía línea a Valdefarrucos, fue arrollado por un T.A.F. (un tren de viajeros de larga distancia similar al Talgo o al actual Alvia) que circulaba, procedente de Madrid, en dirección Gijón. El autobús recibió un fortísimo impacto en lateral que le hizo girar sobre sí mismo, quedando totalmente destrozado.
*Recorte del diario El Comercio sobre lo sucedido.
En el autobús viajaban unas sesenta personas, en su mayoría vecinos de Ujo, Santa Cruz, Valdefarrucos o Caborana. Pese a lo espectacular del accidente, solo hubo una víctima mortal: María del Mar Azcona, de treinta años, muy conocida por ser farmacéutica en Ujo, que falleció al poco de ser trasladada a la Cruz Roja.
Treinta y dos viajeros tuvieron que ser hospitalizados, con diversas fracturas y contusiones. A uno de ellos fue necesario amputarle las piernas. 
Las informaciones del momento coinciden en señalar que la rápida intervención de los servicios médicos en el lugar del accidente, con un rescate muy organizado y en el que participaron numerosos vecinos de la zona, evitó que hubiese más víctimas. De hecho, muchos se volcaron con los heridos, desplazándose hasta Reicastro “jefes de las empresas industriales y mineras mierenses, taxistas y muchos particulares con coches que trasladaron con rapidez a los lesionados a los centros sanitarios”, según apuntan los periódicos de la época. 
Sobre la responsabilidad del accidente, se conjugaron dos factores que desencadenaron la tragedia: un paso a nivel con escasa visibilidad en el sentido en el que circulaban tanto el tren como el autobús, al tener el trazado ferroviario una pequeña curva. El tren no iba a excesiva velocidad, pero el maquinista no pudo hacer nada por evitar el choque.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Es triste que por accidentes como este se viese algo que era obvio, que los pasos a nivel no beneficiaban en nada. Del de Ujo oí hablar pero no lo conocí. El de Santullano, al final del puente, que aguantó algo más, acabó teniendo barreras y un guardagujas para controlar un poco. Era habitual verlo durmiendo en la cabina, con las barreras bajadas y tener que pitarle para que despertase y las subiese.
Anónimo ha dicho que…
aún queda el paso a nivel de ablaña
Anónimo ha dicho que…
Este accidente se lo oí contar a uno de los miembros del Orfeón de Mieres que ya no está entre nosotros. Según decía, él viajaba en ese autobús. Comentaba que era más de noche que de día, el autobús cruzaba y el tren lo barrió, desplazándolo unos cuantos metros. Decía que tuvieron suerte de que no hubiera volcado. La chavala al parecer iba justo en la zona del autobús que llevó el golpe.