Cuando se habla de la Vía Romana de La
Carisa, se suele pensar en Lena, Aller y León. Es cierto. Buena parte de los 35
kilómetros que la componen pasan por los concejos de Lena y Aller, hasta
desembocar en Villamanín. Sin embargo, Mieres también tiene un poco de vía, un
tramo de en torno a tres kilómetros, que es la distancia que separa Ujo de
Carabanzo.
La Carisa fue usada por los romanos para
penetrar en territorio astur, entre los años 16 y 14 a.C., con el general y
entonces gobernador de Luistania Publio Carisio al mando, de ahí su nombre.
Pese a su antigüedad, fue en 1976 cuando el investigador José Manuel González
la dio a conocer. Tras él, muchos fueron los que se ocuparon de recuperar la
vía primitiva y de recoger todo tipo de datos sobre la misma, constatando, a
partir de documentos del siglo VI que su destino era la costa, cruzando Mieres,
Olloniego, Oviedo, Lugo de Llanera y Veranes.
*El mohoso panel explicativo en Ujo. |
Hace algo más de tres años, tanto
Aller como Lena acogieron una muestra de una docena de piezas originales
halladas en los yacimientos de la vía romana, con sus correspondientes paneles
explicativos. Había monedas bien conservadas, útiles de labranza, de caza… Un
servidor se desplazó hasta Moreda para verla, pensando en volver a hacerlo
cuando la muestra llegase a Mieres. Sin embargo, nunca llegó. Esas piezas sí se
exhibieron, meses después, en Oviedo.
Se ha insistido en la Ruta de la
Plata, por pertenecer a la red de ciudades que atraviesa la misma. Lo mismo se
ha hecho con el Camino de Santiago, especialmente tras el aumento del número de
peregrinos en los últimos años. Sin embargo, La Carisa es como si no existiese.
Como si fuese algo ajeno al Ayuntamiento de Mieres, pese a que Ujo es cabeza y
término, según el sentido en el que se recorra, y pese a que casi un diez por
ciento de la ruta, lo que va de Ujo a Carabanzo, transcurre por este concejo.
Sería interesante no olvidarse de ello,
apostar por hacer charlas, editar algún tipo de folleto o guía sobre la ruta,
acoger futuras exposiciones y hacer ver que, en definitiva, La Carisa existe y
también nos pertenece.
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