LA TRIBUNA DE MONTERDE: Pueblos sin nombre (a la vista)

Hace un par de años un hombre compró una casa en un pequeño lugar de un conocido valle del concejo. Un lugar en el que hay otras tres o cuatro casas pero en el que vive solo él, con su pareja y su hijo. A los pocos meses de llegar comentó con los responsables del servicio de basuras qué debería hacer para que en la carretera de acceso a las casas colocasen un indicador con el nombre del lugar. Le explicaron que tenía que dirigir un escrito al Ayuntamiento y seguir con diversa burocracia. Lo hizo, pero no obtuvo respuesta alguna, hasta hoy. “Todos los pueblos, todos los caseríos y todos los lugares como este en el que vivo tienen un nombre y me parece obligación de un Ayuntamiento que cada lugar tenga su indicador, igual que cada calle en Mieres tiene su placa”, me comentaba hace unos días.
El argumento me pareció muy loable, tanto que me inspiró esta Tribuna. Nosotros mismos vemos cómo muchos rincones de la zona rural del concejo carecen de indicadores que revelen su nombre. De hecho, para la sección Un lugar para vivir es frecuente que seamos nosotros quienes tengamos que diseñar a base de ordenador el letrero con el que se abre cada una de las entregas porque el pueblo, el caserío o el lugar en cuestión no lo tenga.
“Aún viviendo en lo rural pagamos al Ayuntamiento los mismos impuestos que cualquiera que viva en Mieres. Entiendo que lo que pago de basuras se va para cubrir los gastos que tiene traer un camión y dos señores a vaciar el contenedor y llevarse la basura una vez por semana, y que la tasa de alcantarillado compensa lo que cuesta tratar las aguas sucias que salen de la casa, pero se recaudan otros impuestos como las contribuciones que gravan la propiedad, sin más, y que a efectos materiales deberían traducirse en pequeñas inversiones como un indicador para cada pueblo que no lo tenga”, me decía este mismo vecino después de que yo viese en su reclamación un buen hilo para este artículo. “Ya no es solo por el nombre, es que, por ejemplo, si compras algo por internet el repartidor se pierde, como me ha pasado en alguna ocasión, buscando ese indicador que no existe y que yo me niego a poner porque es algo que debe hacer la administración”, añadía. 
No tengo mucho más que añadir a una argumentación impecable y que comparto en su totalidad. Desconozco cuánto puede costar un indicador de chapa, de los que se ven habitualmente en las carreteras, pero de ser muy caros imagino que habrá otras alternativas más económicas aunque pasen por el uso de otros materiales. Todos tenemos un nombre y el de los lugares está para que se vea y se sepa.
En la próxima temporada saldrá en Un lugar para vivir ese lugar hoy sin indicador en el que vive este hombre cuya denuncia me ha servido de inspiración. El reportaje ya está hecho. Solo nos queda esperar a que podamos mostrar, dentro de unos meses, el letrero con su nombre y no uno de esos letreros artesanales que fabricamos y que a veces no nos quedan muy bien que digamos.
La imagen que acompaña a este artículo corresponde a las primeras casas de La Cantera, en Santullano, un lugar con unas ocho casas, que estrenó carretera asfaltada hace pocos años, en el que vive gente, y que pese a estar a dos pasos del hospital, en una zona en la que en los últimos tiempos se ha invertido en señalización, sigue, a día de hoy, sin indicador.  Es solo uno de muchos.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
En Turón había hace cosa de quince o veinte años un señor que se dedicaba a hacer indicadores de madera, tallando el nombre del pueblo y barnizando después. No eran caros y todavía hay pueblos que los conservan.
Anónimo ha dicho que…
No hay perres tan toes en el pozu santa barbara, obra importantisima para las gentes de este concejo