La inflexibilidad de algunas personas
causa, en ocasiones, la tragedia. Es lo que ocurrió el 28 de abril de 1900 en
la mina San Víctor, en Turón.
Eran, más o menos, las dos de la tarde
de aquel día, sábado. Alfredo Carroceda, un operario de la tercera planta, se
dispuso a bajar al segundo para coger tres vagones que necesitaba subir a la
planta en el que estaba trabajando. Cuando llegó a donde se encontraban los
vagones, y una vez que se disponía a llevárselos, un obrero, Blas Díaz, salió a
su paso, y le prohibió moverlos, asegurándole que tenía derecho preferente de
uso de los mismos.
Bocamina de San Víctor, en donde ocurrieron los hechos |
Se inició entonces una discusión entre
Blas y Alfredo, intercambiándose todo tipo de improperios. Llegaron a las manos
y Alfredo, ni corto ni perezoso, asestó una puñalada en el pecho a su
contrincante.
Pese a la zona tan comprometida en la
que Alfredo hundió el puñal, Blas murió una hora después, mientras sus
compañeros, ya con él en el exterior de la explotación, trataban de salvarle la
vida.
Esta es la crónica de un crimen que,
por la fecha en la que se produjo, en los albores del siglo XX, es complicado
de rastrear en las hemerotecas. Algunos diarios solo se hicieron eco, a modo de
teletipo, de que un hombre había matado a otro “en una mina asturiana”, sin
más.
Una historia de la que hemos podido
hacernos eco gracias a aparecer recogida, con algo más de detalle, en El libro de oro de Asturias: un siglo de
imágenes y noticias, que recopila algunas de las noticias más destacadas
publicadas en el diario La voz de
Asturias desde 1900 hasta 1998, prologado por el periodista mierense
Faustino Fernández Álvarez.
Tweet
Comentarios