Casi un mes después de la puesta en
funcionamiento del nuevo parking de Oñón me ha parecido interesante escribir
unas líneas sobre esta actuación que ha cambiado radicalmente la imagen de una
parcela que durante años no era más que tierra, polvo y barro.
Si no todos los días, sí que la
mayoría aparcaba en esa parcela antes de las obras. El caos que había a veces,
con gente que dejaba sus coches como y donde quería y los enormes baches eran
los principales problemas para alguien que, como yo, tiene un coche con quince
años y que tampoco vive preocupado de lo que le pueda pasar. Ambos problemas
parecen haber sido solucionados. La distribución de las plazas en el nuevo
parking es impecable y aunque escuché opiniones en contra del doble sentido de
circulación por las vías internas de la parcela, a mí es algo que me parece que
está bien.
Nuevo aparcamiento de Oñón |
Realmente al parking no se le pueden
poner muchas pegas. Ha sido una gran obra, muy necesaria. No tiene muchas pegas,
pero sí algunas cosas que se podrían mejorar o haber mejorado mientras se
hacían las obras. La primera, es un tabique con el que los conductores nos
encontramos si se entra al parking por Numa Guilhou. Es parte de la tapia del
pequeño jardín del chalet de los Antuña, hecho una bardia, del que salían artos
y todo tipo de maleza que a menudo llegaban a la parcela. El tabique, además,
da una sensación rara cuando se entra al recinto, porque coincide justo con un
pequeño giro. Supongo que para tirarlo habría que haber expropiado y se
dispararían los costes, pero sí que el tema de la maleza hay que vigilarlo,
tanto aquí como por detrás de los edificios y chalets de Numa Guilhou. La
segunda pega, que a mí me sorprendió mucho, es la falta de papeleras en lo que
es el aparcamiento. La única que pusieron está al lado del área de
gerontogimnasia, ya fuera de él. Alguna papelera no estaría de más. Antes de
las obras era frecuente ver cómo algunos vaciaban ceniceros y tiraban de todo
en la propia parcela.
Una tercera sugerencia pasa por colocar
un espejo de los de cruce en la salida a la calle del antiguo economato de
Hunosa. Si hay coches aparcados en esa calle, tienes que salir muy adelante
para ver bien si viene o no alguien de arriba.
Todo esto lo comento como conductor de
coche, que hace uso de ese aparcamiento casi todos los días. La verdad es que
estoy muy contento. Sin embargo, hay usuarios de la parcela antigua que no
pueden entrar en esta: los conductores de autobuses y sus vehículos. Hace un
par de semanas un conductor de una empresa de León, que venía a dejar gente al
hotel de la Numa Guilhou se vio sorprendido con el cambio de la zona y antes de
entrar nos preguntó a mí y a un viandante si había plazas reservadas para
autobuses. Le dijimos que no. A la mañana siguiente me lo encontré y me contó
que había tenido que dejar el autobús en el aparcamiento del Campus y volver a
pie hasta el hotel donde pernoctaba con el grupo que traía. En el hotel le
habían dicho de meterlo en la parcela de detrás del polideportivo, pero echó un
vistazo desde la zona del hotel y no le pareció un buen lugar. Me consta que
antes de las obras aparcaban muchos autobuses, a veces muy grandes, en la
parcela reformada. Ahora ya no. Y aunque los vecinos y quienes vengan en coche
hayamos salido ganando, esa gente que viene en autobús y que se aloja en el
hotel o tiene competiciones deportivas en la zona, al final se llevan una
imagen que puede que no sea todo lo positiva sobre cómo hacemos las cosas en
Mieres. Igual habría que haber reservado un par de plazas para autobuses.
Por lo demás, lo digo de nuevo. Una
actuación magnífica.
Rubén
Iglesias Fernández
Mieres
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Comentarios
Calzada estrecha dice...este no salio de Mieres en su vida...
Y insisto en que la calzada en Numa Guilhou a la altura del parque es estrecha, al menos para mi coche que también es cierto que no es un Smart sino un Tiguan. Un Tiguan con el que he viajado bastante más en dos años y medio que muchos que se las dan de viajeros globalizados.