En los tiempos que corren, donde todo
se discute en Facebook y Twitter, es de agradecer que aún sigan existiendo
muros físicos donde haya quienes sigan explotando su creatividad. Seguramente
muchos de los lectores de esta Tribuna
recordarán aquellos primeros grafitis, que todos llamábamos pintadas, con
contenido político, en los que unos ponían a caldo a otros con toques de humor
e ironía. Corrían los años 80.
Ese espíritu crítico, compuesto por un
bote de pintura e imaginación, ha resucitado y lo ha hecho, además, en el
desaprovechado muro que separan la explanada de Reicastro de las vías del tren.
El muro de las lamentaciones políticas, como yo lo he llamado.
Es ensuciar, sí, pero es ensuciar con
desahogo y creatividad. Bueno, a veces más con desahogo que con creatividad,
como esta muestra:
“P*** monarquía: ladrones; inútiles.
P***!!! Urdangarín; prisión; de verdad!”. La raya roja que lo tacha es,
evidentemente, de alguien que considera lo contrario y que no tenía más pintura
para atentar contra ese grafiti crítico lleno de punto y comas.
A continuación, en el muro de las
lamentaciones políticas una nueva pintada muestra preferencias políticas en esa
misma línea, truncadas por alguien que no las comparte y al que le sobra creatividad:
“¡Viva la república!”, asegura uno.
“De Ikea”, añade otro.
La creatividad se dispara en pintadas
como esta, que debe tener un tiempo:
“Sánchez. Dimisión. Alimaña,
miserable, ladilla, cuatrero, mafioso. No sigo porque me quedo sin espray. Nadie
te ha votado, super jeta y super chulo de p*******. Nadie”.
Igual alguien tiene que retocar esta
declaración de intenciones, creatividad y adjetivos después de lo del 28 de
abril.
Tres muestras de unas cuantas pintadas
que reviven, a su modo, aquel espíritu crítico y a veces creativo que
comenzábamos a ver en los años 80 y que se mantuvo durante las dos siguientes
décadas, hasta que internet y las redes sociales hicieron que la creatividad se
fuese a los memes y las discusiones, a Facebook y Twitter.
Habrá quien piense que hay que atizar
a los que pintan estas cosas, pero no es para tanto. El muro lo ven solo los
que cruzan la explanada haciendo ejercicio y seguramente que a muchos, como me
pasó a mí, les es inevitable pararse y leer estas proclamas sin esbozar una
sonrisa.
NOTA DEL AUTOR: Los asteriscos en palabras que
empiezan por p obedecen a nuestro respeto por las políticas del servidor que
aloja este blog. Por su naturaleza, si se escribieran tal cual aparecen en las
pintadas, el servidor cataloga la web como de contenido exclusivo para adultos,
con una interfaz previa en la carga de la página en la que lo recordaría a los
usuarios. Para evitar trastornos y sustos innecesarios a los lectores, hemos
optado por sustituir sus letras por los mencionados asteriscos.
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