Durante este verano pasado pude ver en
numerosos pueblos del concejo e incluso en el casco urbano un bando en el que
el Alcalde “recordaba” a los
propietarios de fincas lo siguiente:
“Con
propósito de mejorar la limpieza y los servicios en la zona rural, el
Ayuntamiento hace un requerimiento a los propietarios de fincas, jardines,
huertas, montes, prados o matas colindantes con las carreteras, caminos y
sendas públicas a que tiene la obligación de podar y recoger toda la vegetación
que sobresalga sobre la línea límite de la calzada (delimitada por las
cunetas), para evitar la invasión de la misma, con la dificultad circulatoria y
los consiguientes peligros de accidentes.
El
incumplimiento de esta obligación provocará la ejecución sustitutoria de este
Ayuntamiento con cargo a los propietarios de las fincas colindantes”.
Un bando curioso que admite doble
interpretación: limpie lo que invada la carretera, que es peligroso para los
que conducen por ella; o limpie lo que invada la carretera, y así no vamos
nosotros a rozar.
Y aunque pueda parecer que el tema de
este artículo es ese mencionado bando y el archiconocido tema de los desbroces
de carreteras por parte del Consistorio, se equivocan. No voy a hablarles de
eso…
Desde abril y prácticamente hasta
finales de octubre casi todos los días subo al monte, recorriendo pueblos del
concejo. Me encanta la montaña, de hecho soy de pueblo.
El caso es que hay muy pocos pueblos en los que no vea una cosa que
me irrita, que me daña la vista: un prado/huerta/huerto/terreno que tiene por
‘sebe’ (o cerca) un conjunto de somieres oxidados, para más INRI, puestos en
línea.
En serio, me pone de muy mal humor ver
esos cierres, antiestéticos y tan vulgares. Lo peor de todo es que quien los
usa lo hace para cerrar espacios pequeños de terreno, generalmente al lado de
carreteras.
Vale que cada cual es libre de hacer
lo que quiera en terrenos o espacios de su propiedad, pero quizás no estaba de
más un bando recomendando a los propietarios de esos terrenos que mejorasen,
estéticamente hablando, los cierres del sitio y cambiasen los somieres oxidados
por red metálica, ‘sebes’ de madera o algo más estético.
No entiendo de dónde salió esa
costumbre tan fea de usar somieres de hierro a modo de ‘sebes’, puede que sea
más seguro ya que ningún bicho grande se colará por entre los huecos, pero no
deja de ser horrible, antiestético y peligroso para la salud (en un pueblo muy
próximo a Mieres hablando precisamente de esto, un vecino me contaba que su
nieto se había pinchado con una alambre de un somier usado como cerca y que
habían tenido que vacunarle o reforzarle la vacuna contra el tétano).
En resumen, que no vendría mal un
bando, redactado en tono amable, sugiriendo a los propietarios de esas fincas
cerradas con somieres oxidados o cualquier otra cosa antiestética similar, que
retiren esos cierres y los sustituyan por algo más normal (red, madera…), menos
antiestético y, de paso, menos peligroso para la salud.
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que no paren.