¿Alguna vez ha ido al Ayuntamiento a
pedir que se arreglase o reformase algo? ¿Cuál fue la respuesta que obtuvo?
Imagino, sin ser adivino, que la respuesta sería algo así como “en estos
momentos no disponemos de dinero para arreglarlo” o “eso no es competencia
nuestra, debe ir usted a X sitio” o “sí, pero antes rellene estos y aquellos
papeles, que se los trasladaremos a la persona competente y será quien decida”.
Esas son tres respuestas que a mí me
dieron ante distintas peticiones, y es que pedir algo a las administraciones
públicas en los tiempos que corren, con una economía tan destrozada, supone en
muchos casos perder el tiempo.
Lo mismo que nos pasa a los ciudadanos
con la administración local, le pasa a la administración local con la regional
e, incluso, con la nacional.
La primera muestra de ello es el
archiconocido tema de las pantallas antirruidos que, ya en 1997, se pidieron al
Ministerio de Fomento y que este se comprometió a instalar en la A66 a su paso
por Santullano y Santa Marina.
Se comprometió a hacerlo pero no lo
hizo y muchos años después, en 2008, el propio Ministerio contestó al
Ayuntamiento que sí, que lo iban a hacer, porque era un caso de altísima
prioridad, y que de hecho tenían un presupuesto de 9 millones de euros apartado
para eso desde 2007.
Dos años después, en 2010, Llamazares
preguntaba en el Congreso por las pantallas y toda esta historia y le volvían a
decir más o menos lo que habían dicho en 2008 al Ayuntamiento: que estaban
trabajando en ello y que era un proyecto de alta prioridad.
Cuatro años más tarde, ya en 2014, no
hay el más mínimo rastro ni de las pantallas ni de la alta prioridad y el
asunto volvió a salir hace unos días en el Pleno, acordándose que se iba a
volver a preguntar por ello al Gobierno e incluso el PP asturiano se
comprometió a ‘presionar’ un poco para conseguirlo.
No soy adivino, pero imagino la
respuesta que les van a dar. Solo falta saber qué pasó con esos 9 millones de
euros que habían apartado en 2007.
La segunda muestra del pasotismo del
Gobierno nacional respecto a lo que desde Mieres se les pide viene con otro
tema que lleva años haciendo correr ríos de tinta: el Cuartel.
Al margen de la construcción del nuevo
Cuartel y las veces que se cambió la fecha de inicio de las obras (primero se
habló de 2013, luego de 2015, ahora se mira ya al 2017), está el hecho del
derribo del viejo, que se lleva pidiendo desde hace ahora tres años (que fue
cuando se quedó vacío). Se pidió en el 2011, en el 2012 (de hecho se dijo que a
principios de 2013 llegarían las palas) y estamos ya en marzo de 2014 y el
edificio sigue ahí y seguirá, imagino, hasta que caiga por su propio peso.
Y podría seguir enumerando cosas, como
las rotondas de acceso a varios polígonos que habían planteado hacer hace un
año y pico y que ya no serán hechas, al menos en corto plazo.
Comentarios
No hay más que ver la glorieta+puente que hicieron en Soto Ribera. Parece San Francisco. En fin...
Lo del Cuartel está visto que acabará cayendo dentro de una temporada (el aire ya ha empezado a tirar tejas, una antena...).
El parking de la estación también era algo necesario, esa escampada está llena de porquería (y baches, claro).
Pero en Ribera de Arriba sí, ahí dos una tras de otra para acceder a Soto y la central y otra más arriba en El Caleyu.
Es una auténtica vergüenza.
Y sí, muy triste que una vez más ese 'cruce' de acceso al polígono de Fábrica de Mieres se haya cobrado una nueva víctima. ¿Servirá para que alguien actúe?