María
Luisa García Sánchez nació en El Cauxal, en la parroquia de Figaredo. Sin embargo, cuándo, es algo que ella
nunca ha revelado y que muy pocas personas saben.
Huérfana
de madre desde niña y con cuatro hermanos a su cargo, se vio obligada a atender
los fogones familiares hasta que en el año 1957 se desplazó a Madrid con una
beca del Estado a recibir formación de tareas del hogar en la Escuela de
Especialidades del colegio mayor femenino de La Almudena.
Mª Luisa, en una imagen retrospectiva. |
La
experiencia le sirvió para aprender, y mucho, sobre gastronomía y a principios
de los sesenta empezó a impartir clases de cocina por todos los rincones de
Asturias.
En
1970 publicó la primera parte de “El arte
de cocinar”, un libro concebido con la idea de que sirviera de apoyo a sus
alumnas. A él le seguirían “Platos
típicos de Asturias” (1971) y sus colaboraciones en “El Libro de Oro de la Cocina Española” (1972). Gracias a esta obra
entabló amistad con Víctor Alperi, alma de la misma, con el que, sin embargo,
las cosas acabarían en los tribunales por temas de propiedad intelectual.
En
1982 publicó la segunda parte de “El arte
de cocinar”. Precisamente esta obra lleva hasta la fecha más de 30
ediciones y de ella se han vendido aproximadamente 500.000 ejemplares en todo
el mundo.
A
diferencia de los grandes escritores, María Luisa no necesitó de editores ni
distribuidores, pues ella y su marido se encargaron desde el principio
de esa tarea.
María
Luisa cuenta además con el honor de haber sido la elegida para cocinar a Juan
Pablo II durante la visita de este a Asturias en 1989 y de haber impartido
numerosos cursos de cocina por los centros asturianos de todo el mundo. Entre
sus premios destacan la Insignia de Oro de la Hostelería de Asturias y el
Urogallo del Centro Asturiano de Madrid.
En
la actualidad María Luisa continúa viviendo en Mieres, con
buena salud física y, como siempre ha mantenido, con “la justa edad”.
Comentarios
Muy buen libro de cocina tradicional, posiblemente de los mejores de españa de los últimos tiempos, un lenguaje sencillo y unas recetas ricas y por todos conocidas hacen de él un imprescindible aún a día de hoy en plena revolución digital.