Tengo una ventana en casa que desde hace un año no cierra bien y hay que ponerle un trozo de cartón por abajo para que consiga encajar malamente en el marco. Supongo que todos ustedes tendrán o habrán tenido alguna chapuza de este tipo, algo que se estropea y que se tarda en arreglar por falta de tiempo y, también, un poco de pereza. En poco influye que se arregle o no, porque solo lo vamos a ver y sufrir los que vivimos en casa y es evidente que el cartón de mi ventana no va a producir ningún daño a terceros.
Ahora bien, cambiemos la ventana por un puente situado en un paseo que cada día recorren centenares de personas. Un puente en el que por la primavera se rompieron varias tablas y que entonces el Ayuntamiento decidió acordonar para evitar daños, restringiendo el uso de la mitad del puente. Parecía algo provisional, a la espera de sustituir la madera afectada, pero han pasado más de seis meses y el puente sigue entrampiado, como mi ventana.
Hace un par de semanas leo en esta web que el Ayuntamiento ha procedido a pintar marcas en el paseo fluvial para señalizar aquellos puntos en los que las raíces de los árboles han levantado el firme. Dos triángulos para que peatones y ciclistas tengan cuidado y no se lleven un susto. Todo apunta a que será algo más definitivo que provisional y que la mejora del firme en los puntos donde hay raíces tardará en llevarse a cabo, otra cosa más para salir del paso, como el cartón de mi ventana.
En el puente de la Constitución, se rompió la tapa de una alcantarilla en una de las aceras de la calle Escuela de Capataces, más o menos frente al Conservatorio. En el momento de escribir estas líneas, casi tres semanas después, el hueco de la alcantarilla está cubierto con una baliza de esas que usan los agentes de la Policía Local en sus controles. Otro parche para ir tirando.
Echo en falta más compromiso con las pequeñas, las nimias inversiones, esas que se dejan notar a pie de calle y que comportan un gasto muy pequeño, casi como la publicidad que llevan aparejada. Las pequeñas inversiones no suelen salir en la prensa –solo algunas se dejan ver en el Está pasando en Mieres de esta web–, pero son las que más rápido vemos los simples ciudadanos de a pie, los votantes. Si yo paso un lunes por ese puente del paseo del río San Xuan y lo encuentro acordonado y vuelvo al lunes siguiente y me lo topo con las tres o cuatro tablas que pudrieron ya reemplazadas, lo primero que pensaré es que ha sido una actuación tan rápida como eficaz. Si paso durante seis meses y siempre está igual, con su cinta y sus postes para no pasar por el tramo afectado, la imagen que me llevo es de desidia. Lo mismo me pasa con la tapa de la alcantarilla de la calle Escuela de Capataces o con los triángulos antirraíces del paseo fluvial. En serio, ¿no hubiera estado mejor invertir el dinero que se ha gastado en pintura en reparar, al menos, los dos o tres puntos en los que el firme está peor?
Hablaban desde nuestro Consistorio de que 2021 será un año de grandes inversiones, lo que me parece estupendo. En lo personal, tengo muchas ganas de ver ya ese parque de La Mayacina sobre el terreno. Sin embargo, no hay que olvidarse de las pequeñas inversiones, que sin tener publicidad en medios, sí tienen el reconocimiento de todos los que pisamos la calle y estamos más o menos atentos a lo que nos rodea. Ojalá en 2021 sean tenidas en cuenta esas pequeñas inversiones y dejemos de ver trampas para ir tirando. Yo ya he llamado a un profesional para que venga a reajustarme la ventana a su marco.
Feliz 2021, estimados lectores.
Álvarez
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