Ecuador de la legislatura. Toca hacer balance y analizar cómo se presenta el segundo tiempo de juego para los partidos políticos con representación en el Consistorio. Seguiré un orden creciente, esto es, de menos a más votos en las municipales de 2023.
Ya lo dije otras veces: lo de Vox Mieres fue un milagro. 999 votos y un concejal sin campaña, sin actos y con un candidato prácticamente desconocido que es hoy, dos años después, un concejal que está ahí, pero al que pocos mierenses ponen cara. Si se echa un vistazo a las actas de los Plenos del último año se observará que el edil de Vox no pierde uno. También se podrá comprobar que conoce perfectamente el ideario de su partido y que no duda en exponerlo siempre que se habla de violencia de género, de inmigración o de feminismo. En asuntos propiamente del concejo, Ordóñez no ha dudado en apoyar tanto mociones populares, como la que invitaba a realizar una serie de obras en el polideportivo de Turón, como socialistas, véase como ejemplo la tarjeta ciudadana. También ha sabido ir a una con el resto de formaciones en asuntos como el caso Pinos. Propuestas propias, pocas, por no decir ninguna.
Toda esa actividad y mucha más que me dejo no se está dando a conocer más allá de las actas de Plenos. Ni notas de prensa, ni web, ni actividad en redes sociales, ni participación en medios de comunicación. Tampoco hay un local o una oficina. Es la nada absoluta. Obraron el milagro de obtener un concejal sin campaña y deben pensar que pueden mantenerlo sin ruido mediático, sin propuestas, sin contacto con la ciudadanía. Cabe comentar que Vox Mieres percibe mensualmente 1115 euros de las arcas municipales. En casi dos años, echen ustedes cuentas. Sería interesante conocer a dónde van a parar, en qué se invierte esa asignación, en la que no se tienen en cuenta las dietas por asistencia a Plenos y Comisiones.
No sé qué pasará con Vox Mieres en 2027. De seguir así, no me extrañaría que tomasen el mismo camino de Foro Mieres o Somos/Podemos Mieres, que se esforzaron por lograr un par de concejales y acabaron perdiéndolos, pese a que hubo más trabajo y más vida que la que tiene ahora la formación de ultraderecha en el concejo. Es más que evidente que los resultados de 2023 fueron un milagro obrado por la crispación más o menos generalizada y que esa crispación, a día de hoy, no ha bajado, sino todo lo contrario. Quizás vuelva a sonar la flauta. El tiempo dirá.
ELCARABA
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