EXPERIMENTANDO: Venta de rifas (I)

En el primer experimento de esta nueva sección hemos conseguido dos cosas: rifas autorizadas que sortean un viaje por Europa por cortesía de Viaca viajes y en combinación con las cuatro últimas cifras de un sorteo de la lotería y dos chicos de dieciséis años que deben venderlas para sacar fondos para el viaje de estudios del instituto.

(¡OJO! Todo esto es total y absolutamente cierto, se puede ver un modelo de rifa en la imagen)


La primera parte de este experimento es visitar 30 pisos en una barrida como Santa Marina, un total de cinco bloques con seis pisos cada uno.

Estas son las conclusiones a primera vista:

-Se han vendido 14 rifas (a euro por boleto = 14 euros).

-El 75% de los compradores son gente mayor de 60 años.

-Nadie ha comprado menos de 2 rifas (el que menos ha comprado dos rifas y la que más, una amable señora, cinco).

-Los que no están interesados se niegan con amabilidad, sin groserías.

-Solo llama la atención el caso de una mujer que, a voces, dice tras la puerta que “no abre a nadie” pero que luego se asoma por la ventana de su casa a observar a los vendedores así como la mujer que, a voces por el microfonillo, dice que “no le interesa nada de eso”.

-Solo en tres de los pisos no han abierto la puerta.

CONCLUSIÓN: la gente de la barriada ha hecho ganar 14 euros en media hora a nuestros vendedores, sin ningún tipo de groserías y los compradores, mayormente, son personas de la tercera edad... ¿tendrán idéntica suerte en edificios de reciente construcción? ¿Habrá más gente joven? ¿Sufrirán algún tipo de grosería? Lo veremos en la próxima entrega.

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