Felipa del Río Fernández nació el 13
de septiembre de 1917 en un pequeño pueblo vallisoletano. Cuando contaba con
apenas dos años, su familia se trasladó a Mieres atraída por los salarios que
ofrecía la minería.
Mientras que su padre continuó con su
trabajo de herrero, sus hermanos varones –ella era la menor de seis hermanos,
tres mujeres y tres hombres- empezaron a trabajar en la mina. Los del Río
vivieron en Rioturbio y Santa Cruz, trasladándose a Ujo poco antes de estallar
la Guerra Civil.
*Felipa en su casa de La Mayacina. |
Tras casarse en 1935, con Narciso,
también hijo de emigrantes y minero, tuvo que ver cómo durante la Guerra los
falangistas acababan con la vida de su padre (arrojado al tren en Ujo) y con la
de su marido, en 1938, fusilado después de varios meses preso en Oviedo. Dos de
sus hermanos también ‘desaparecieron’ durante la contienda.
Le tocó sacar adelante a sus dos hijos
valiéndose únicamente de las escasas ganancias de una pequeña tienda que tenía
en Ujo, valiéndose también del estraperlo para conseguir alguna ganancia extra.
Fue detenida por ello, pasando cien días en prisión en 1942.
Años después se trasladó a Bilbao, con
uno de sus hijos. En 1972 regresó a Mieres, instalándose en el barrio de El
Vasco. Desde su regreso comenzó a participar en la creación de la Asociación de
Viudas de la República “Rosario Acuña”,
recorriendo archivos, juzgados y despachos de políticos con el fin de obtener
mejoras a los problemas económicos y jurídicos que venían sufriendo esas
mujeres.
En 1979 el Gobierno de Adolfo Suárez
reconocía las pensiones y asistencia médico-farmacéutica y social a las viudas
republicanas, permitiéndoles acceder a residencias y hogares sociales, como a
cualquier pensionista. Fueron cientos los casos de mujeres que, desde su casa
de El Vasco, ‘tramitó’, sin tener más conocimientos que la práctica.
Todo ello le valió el galardón “Mierense del año” en 2006.
Falleció en su querido Mieres el día
23 de marzo de 2013, a los noventa y cinco años de edad.
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