Es
uno de los mierenses más conocidos en todos los niveles, tanto por su labor al
frente de la ONG ‘Mensajeros de la Paz’, fundada hace más de cincuenta años,
como por su innegable carisma.
Esta
semana conversamos con un hombre que no necesita más presentación que la que
pueda dar su nombre: Ángel García, el Padre Ángel.
“En La
Rebollá aprendí, junto a otras muchas cosas lo que era la solidaridad”
-La asociación ‘Mensajeros de
la Paz’ fue fundada por usted mismo en el año 1962, ¿qué le llevó a hacerlo?
¿Cómo surgió la idea?
*El Padre, en su despacho. |
Cualquier
persona con corazón y razón hubiera pensado que ese no era el mejor lugar para
que los niños se hicieran hombres y mujeres de bien. Entonces, un compañero,
Ángel Silva, y yo, no hicimos más que
seguir el impulso, y sacarlos de allí para que vivieran en casas como los otros
niños, para que fueran al colegio como los otros niños y que como todos los
demás, supieran que tenían un hogar al que pertenecían.
Así nación
el primer Hogar de la Cruz de los Ángeles. Luego nos vinimos a Madrid, ya como
Mensajeros de la Paz. Va a hacer 53 años... ¡Parece que fue ayer!
-Tras más de cincuenta años
funcionando, y viendo su arraigo tanto en España como en otros países,
imaginamos que el balance no puede ser más positivo, ¿no es así?
Desde
Madrid, empezamos a extendernos por toda España y a saltar fronteras. Hoy
trabajamos en 52 países… ¡Todo ha pasado tan rápido! Ha sido mucho esfuerzo, es
verdad, pero se ha producido de una manera natural, siguiendo el impulso, desde
aquella primera casa.
Pero
Mensajeros de la Paz no es la obra de una persona, o de dos, sino la de
cientos, la de miles de personas buenas y comprometidas que creen que un mundo
mejor es posible y luchan por ello. Haciendo balance puedo decir que en todo
este tiempo ha sido mucho más lo que he recibido que lo que he dado, y que los
datos de cientos de centros, y miles de personas atendidas, son sólo cifras.
Todo hubiera merecido la pena por una sola sonrisa de un niño que crece sano,
feliz y protegido, o por la mirada serena de un anciano que vive tranquilo,
atendido y respetado los últimos años de su vida.
*El Padre Ángel, controlando los víveres que llegan a su ONG. |
-¿Qué proyectos tiene ahora
mismo, como presidente de la asociación?
Nuestro proyecto más inminente es el día a día:
hacer nuestro trabajo, y ampliarlo, llegar a todo aquel lugar o persona que nos
pueda necesitar. Pero en ese día a día hay vocación de permanecer, de estar ahí
mientras dure el problema y mientras nosotros seamos capaces de solucionarlo, o
al menos de paliarlo. Pero de cualquier modo tememos también retos
concretos: en España, seguir atendiendo, a través de comedores sociales y del
Banco Solidario, a familias a las que el paro y la crisis les está pasando una
factura demasiado larga y para los que aún todavía no ha llegado esa mejora que
dicen siente la macroeconomía
En el área internacional ahora estamos muy volcados
con la ayuda a los refugiados sirios. Pero también tenemos otros compromisos
importantes que contrajimos hace años en África, América y Oriente Próximo, y
que hemos podido seguir manteniendo a pesar de la práctica desaparición de la
ayuda pública a la cooperación internacional. En este sentido me alegra y
enorgullece que el Gobierno del Principado sea uno de los pocos que la ha
seguido manteniendo estos años de vacas flacas.
-En estos más de cincuenta años
de historia, la asociación ha prestado ayuda a miles de personas, de cualquier
edad y en muchos países. ¿Recuerda algún
caso especial, que le conmocionase por cualquier circunstancia? ¿Podría
contárnoslo?
*El sacerdote, en uno de sus viajes a Haití. |
-Suponemos también que en
estos cincuenta años de actividad habrá vivido numerosas anécdotas en sus
viajes, en el trato con las personas… ¿Nos podría contar alguna?
Por supuesto, algunas muy graciosas. Muchas de ellas
con asturianos. Un día en un aeropuerto perdido de África, me saludó un hombre
y me dijo: “¡Me llamo Angel García, y soy
de Mieres!”. ¡Como yo! No le creí hasta que me enseñó el pasaporte.
-¿Cómo afronta ‘Mensajeros de
la Paz’ el futuro? ¿Se interesan los jóvenes en el proyecto?
En Mensajeros de la Paz, como en todas las otras
ONG, trabajamos al servicio de la sociedad, para cubrir las necesidades que se
presenten. Así llevamos más de 50 años. En este tiempo nuestro entorno ha ido
cambiando, al igual que nuestro trabajo ha ido modificándose en cuanto al tipo
de personas que nos necesitaban, el área de acción, e incluso la forma de
atenderles. Nosotros nos hemos ido adaptando a todo ello y así seguiremos... Por
lo menos otros 40 años más. Al servicio
de todo aquel que sufran, que sea vulnerable o que necesite protección.
*Nuestro entrevistado, junto a su amiga Lina Morgan. |
Hay muchas personas que nos apoyan, algunas de ellas
son personalidades destacadas, que además nos prestan su imagen, y la
comprometen por apoyar nuestras iniciativas. Eso nos ayuda mucho, porque nos
hace llegar a más gente, aumenta la confianza de otras personas en lo que
hacemos. Es algo que nos enorgullece, aunque es todavía mayor responsabilidad,
no queremos defraudarlos. Pero además tiene mucho valor porque son personas muy
ocupadas, con muchas responsabilidades y muchas invitaciones o propuestas, y el
poco tiempo de que disponen nos lo dedican a nosotros. Es precioso. Pero de
verdad, cuando les conoces, cuando eres su amigo, ves que detrás de la fama, de
la influencia, esos personajes o celebridades son sobretodo personas, gente
buena.
*El Padre Ángel recibe el Príncipe de Asturias a la Concordia. |
Los premios siempre me dan un poco de rubor, pero también me animan y
reconfortan, sobre todo porque sé que en el fondo no son para mí, sino para
todos los que día a día colaboran con la obra de Mensajeros de la Paz. Y ellos
se merecen eso y más. Trabajadores, voluntarios, personas que prestan su ayuda
o nos depositan su confianza con donaciones... Sin ellos, yo no sería nadie, ni
hubiera podido hacer nada. Estos premios son por ellos y para ellos y en su nombre
los acepto y recojo; por toda esa gente buena y anónima que ha luchado conmigo
en estos más de 50 años. Sin ellos el Padre Ángel no hubiera llegado a ningún
sitio, aunque es verdad que para ser bueno no hace falta salir de Mieres.
-Precisamente, entre esos
premios está el ‘Mierense en el Mundo’, que le fue otorgado en el 2009, o más
recientemente, el desvelamiento de una placa en La Rebollá, ¿se disfrutan más
los reconocimientos cuando son en la tierra natal de uno mismo?
*El Padre, con la organización de 'Mierenses en el Mundo'. |
Y respecto al homenaje de los vecinos de La Rebollá… ¡Qué decir! ¡Pero si
siempre que voy es una fiesta de cariño! Quizá por eso he de confesar que me
abruma que se organice una suscripción popular para levantarme un monumento,
por sencillo que sea es un gasto, que igual sería de más ayuda en los tiempos
que corren si se destinase a familias que lo necesiten en Asturias, en España o
en tantísimos otros lugares del mundo.
-Sabemos que visita Mieres y,
en particular La Rebollá, de vez en cuando. Usted que conoció y vivió en el
Mieres más industrial, ¿cómo ve tanto el concejo en general como su pueblo en
particular?
*El P. Ángel, con vecinos de La Rebollá en la iglesia del pueblo. |
En La Rebollá, en Mieres yo aprendí, junto a otras muchas cosas lo que
era la solidaridad, cuando alguien moría en la mina, o le mataban en el monte,
todo el pueblo arropaba a la viuda y a los hijos, compartía con ellos lo que
tenía… Ahora, en estos últimos años lo he vuelto a ver.
-Mieres adolece de algo que
ocurre en toda España: el problema del paro, especialmente en los jóvenes, y
sus consecuencias. ¿Qué le parece esta situación de crisis económica y laboral
en la que llevamos años inmersos? ¿Se notó, en lo que a personas atendidas se refiere,
en ‘Mensajeros de la Paz’?
Es muy triste que el paro se haya cebado especialmente con los jóvenes,
porque les quita la ilusión, porque les puede torcer la vida. Por primera vez
en la historia de España toda una generación va a vivir pero que la de sus
padres. Una generación, que además, es la mejor preparada que nunca hemos
tenido. Y es triste para Asturias y para toda España porque es un talento que
no se aprovecha, y que se lo llevan otros. Vivimos ahora una nueva emigración,
la de de jóvenes con estudios, con formación. Y eso no puede ser.
La crisis ha aumentado la demanda de ayuda pero también los
ofrecimientos, la generosidad, el ponerse en el lugar del otro. Cada vez hay
más gente que se da cuenta que la solidaridad no es dar lo que sobra, sino
compartir lo que se tiene. Si algo bueno nos puede dejar esta crisis es darnos
cuenta de lo que es verdaderamente importante y lo que no; nos va a dejar el
enorme tesoro de descubrir el inmenso valor de la solidaridad, tanto para la
quien da como para quien la recibe.
-El paro es un problema en
España, pero en otros en estados hay problemas aún más complicados. Hablemos de
Siria y de los refugiados… ¿Qué opinión le merece la actuación de los gobiernos
europeos en este asunto?
Ahora, en
2015, hablamos de la crisis humanitaria de los refugiados sirios, pero
no es un problema estas semanas, de estos 2 o 3 meses. Desde 2011, casi 5
millones de sirios han abandonado su país, su casa, y su medio de vida huyendo
de la guerra y la muerte. Desde 2012 a
través de Mensajeros de la Paz estamos
llevando ayuda al campamento de Al Zhatari, con el apoyo de la Agencia
Asturiana de Cooperación: casas prefabricadas para los más vulnerables, un
hospital móvil, alimentos, mantas, juguetes pero créanme, allí todo es como una
gota de agua en el mar.
Y ahora se habla de emergencia… porque están a las
puertas de casa.
*El sacerdote, en Grecia, con refugiados. |
Hay miles de
personas esperando, cansados, muertos de frío. Niños, mujeres embarazadas… No
pueden esperar un minuto más. Yo invito a las autoridades políticas, y a los
obispos, a que vayan allí a hacer esas reuniones donde todos hablan pero
ninguno mueve ficha. Deberían conocer las necesidades que tiene esta gente, que
llama a nuestra puerta, huyendo de la guerra, y nadie les escucha, ni les abre.
Me conmueve y agradezco la solidaridad social la de
la gente corriente, que ha sido la mayor explosión social de Europa en toda su
historia reciente, me enorgullece,… pero pienso que no debiera ser necesaria. España,
los países europeos, tienen –tenemos- dinero y medios para ayudarles (como
también hay dinero para sanidad o educación, otra cosa es que se lo gasten o
no). Ni hay que picar en el bolsillo del ciudadano; los gobiernos deben actuar
y cumplir promesas.
-Sabemos que usted, desde
‘Mensajeros de la Paz’, está desarrollando un programa de acogimiento en pro de
los refugiados, ¿qué nos puede contar de él? ¿Cómo le está yendo?
Hace meses que tenemos preparados varios centros en diferentes puntos del
país, con todo dispuesto para acoger a varias familias que vengan a
España. Uno de ellos podría ser en
Asturias.
*En Macedonia, en un campamento de refugiados sirios. |
Pero mientras que vienen les
estamos echando una mano con cuatro cocinas móviles en las fronteras de Serbia
(Belgrado), Macedonia (Preshevo) y Croacia (Tovarnik) así como en Atenas, en
colaboración con REMAR. Estamos atendiendo a más de 4.000 personas. Hacemos lo
que podemos, les damos té, sopa caliente, fruta, y trato humano. Y si esto
sigue así queremos instalar un campamento organizado, con servicios, agua,
atención social… son personas
-¿Cómo vivió la asociación y
en particular, usted, la crisis del ébola del año pasado? ¿Conocía a alguno de
los sacerdotes y religiosas misioneros contagiados por la enfermedad?
*El Padre Ángel, en uno de sus viajes a África. |
No conocí personalmente a los misioneros y misioneras hospitalarios que
murieron. Pero sí he conocido a otros muchos, entre ellos tantos españoles, que
junto a la Fe, llevan la salud, la educación, la dignidad y el progreso a esas
partes del mundo que existen, pero que
no interesan a nadie; a nadie más que a ellos y a Dios. Son los mártires del
SXXI.
El trabajo silencioso y casi invisible de los misioneros es modelo para
los cooperantes y ONG de todo el mundo, de todos los credos, y hasta para los
ateos. En eso la Iglesia ha sido pionera y sigue siendo campeona. La dedicación
de tantos sacerdotes, frailes, monjas, y laicos a los olvidados es el Triunfo
más hermoso de la Fe. Es la victoria, el testimonio, pero también es el grito.
Si el padre Miguel viviera su grito, su voz, sería la de África, la de esa
África olvidada que muere a causa del Ébola, el SIDA, el hambre, la guerra, o
simplemente de una disentería por falta de agua potable.
-Sigamos con más pareces
personales… ¿Cómo ve el giro en la Iglesia que, desde su llegada al Papado,
viene implantando el Papa Francisco? ¿Comparte sus declaraciones sobre el
matrimonio homosexual, los divorciados y la Iglesia, o el tener hijos con
control?
*En el Vaticano, en una homilía del Papa. |
La figura de Francisco ha sido una verdadera revolución para la Iglesia y
para el mundo y sin embargo no ha dicho, ni hecho, nada nuevo. Creo que en ello
reside su grandeza y el impacto de sus palabras, gestos y acciones entre los
creyentes y entre la humanidad entera.
Y cuando digo que lo suyo no es nada nuevo es porque su mensaje, su
estilo y su modo de proceder es el más antiguo, y también el más puro, es el
del Evangelio. Hay una frase suya que me gusta especialmente "Lo importante no es que use zapatos
negros o colorados, sino por donde camine". Y el camino del Francisco
es el del futuro del Cristianismo, porque es el mismo camino que el de Jesús.
-¿Comparte la reforma que está
tratando de realizar el Papa Francisco en la Curia Vaticana? Al hilo de esto,
¿cree que la Iglesia debería ser más crítica consigo misma y efectuarse, de vez
en cuando, un autoanálisis?
Francisco critica y denuncia, y eleva la voz ante la injusticia, y la
maldad. Y grita “¡¡¡Vergüenza!!!”,
cuando lo siente, cuando hace falta. Y cuando le parece mal o le avergüenza lo
que ve en su casa, lo dice. Y pone medios, y llama al orden. Y reforma. El Papa
quiere abrir la Iglesia y las iglesias al mundo, a todos, especialmente a los
que se han sentido alejados o a los que les han hecho sentirse así. En Madrid,
hemos abierto la Iglesia de San Anton a todos las 24 horas. Y sin perder el
respeto y la sacralidad del lugar, también la hemos puesto al día, con Wi-Fi,
con café para quien necesita algo caliente, con aplicaciones de tablet para que
puedan confesarse con intimidad, sin dar gritos, Es uno de mis sueños que se ha
hecho realidad. El otro día, en un artículo de un periódico la titularon “Una iglesia al estilo Francisco”. Me
llenó de emoción.
*De visita a una residencia geriátrica. |
-Crisis, refugiados, Iglesia…
Nos falta hablar algo de política… ¿Comparte la preocupación y el enfado de
muchos españoles en lo que al tema de la corrupción se refiere?
El cardenal Carlos Amigo dijo una vez que la política es el noble oficio
de trabajar por el bien de la comunidad y que eso requiere esfuerzo,
generosidad, y desinterés personal. Me consta que en todos los partidos, y
desde todas las ideologías, hay personas que dedican su vida a mejorar la de
los otros, muchas veces con grandes renuncias particulares y escasa
compensación económica. En los próximos días de campaña y de compromisos,
humildemente pido a los políticos que recuerden y cumplan lo que ahora
prometen, y que en todas las decisiones que tomen tengan muy presentes a los que
sufren, a los que no tienen respaldo, a los que necesitan justicia, paz y
defensa.
El poder da la posibilidad real de cambiar lo malo por lo bueno, por eso
tienen más delito a los ojos de los hombres, y diría que más pecado a los ojos
de Dios, cuando ese poder lo ejercen para robar, para corromper, para medrar en
lo personal o en lo político. Ahora, el poder final está en el pueblo, en la
gente, con el voto. Sería bueno que además de poder votar para elegir a los que
nos gobiernan, pudiéramos votar para quitarles si lo hacen mal, y sin tener que
esperar a las próximas elecciones.
-Tras la política, una
pregunta tecnológica… ¿Cómo se maneja el Padre Ángel con Internet y las nuevas
tecnologías?
Hago lo que puedo. Hay veces que la tecnología me supera, pero he de
decir que también me da muchas alegrías,
y muchas facilidades para trabajar, para sentirme cerca aunque esté a
kilómetros de distancia. Creo que los mayores no deberían –no deberíamos- tener
miedo a los aparatos, a las tecnologías… Si no muerden, no hacen nada, ja, ja…
Al contrario. El móvil primero, y todo lo que ha venido y vendrá: el Internet,
el WhatsApp, las redes sociales… Nos ponen el mundo en casa, en nuestra mano,
aunque se viva en una aldea o se esté en una silla de ruedas. Con ellos se puede
viajar, ir al cine, aprender, leer todos los periódicos de un kiosco, y lo que
es más importante: hacen verdaderos milagros, como poder ver crecer día a día a
los nietos aunque estén al otro lado del mundo.
-Y ya, tenemos que acabar con
una pregunta que muchos se hacen… ¿Por qué siempre lleva corbatas de color
rojo? ¿Es una de sus señas de identidad? ¿Qué otras cosas suele llevar consigo
siempre el Padre Ángel?
*El Padre, en su despacho, con la Santina tras de sí. |
Lo que siempre llevo, incluso cuando no llevo corbata, es una imagen de
la Santina en un llavero. Casi siempre la tengo entre las manos, y
especialmente cuando estoy nervioso o angustiado. Me reconforta sentirla entre
los dedos y juguetear con las llaves. La Virgen de Covadonga siempre me
acompaña y me ayuda, esté donde esté, como a tantos hijos suyos por el mundo.
Que nunca me abandone. Que nunca deje de velar por todos nosotros y que siga
bendiciendo nuestra tierra.
NOTA DE LOS EDITORES: Agradecemos a Ana de la Calle, jefa de prensa de
‘Mensajeros de la Paz’, las facilidades otorgadas para la realización de la
entrevista.
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Comentarios
Un home pa admirar y emponderar to lo emponderable. Humilde y sencillu, como muestra na respuesta sobre'l homenaxe del so pueblu.
Un enorme ser humano.
No os diré qué se hizo... La respuesta es más que evidente, pese al grandísimo ser humano que es. Imagino que hasta que no se muera, no le dedicarán esa más que merecida calle en el concejo. Entonces será tarde.
Con todos mis respetos, antes que poner calles a políticos deberían homenajearse a mierenses que hayan hecho una buena obra.
www.iglesiadesananton.wordpress.com para saber toda la verdad