Se proyectaron en 1926 y se
construyeron entre 1932 y 1937 para satisfacer las necesidades de consumo de
agua potable de dos pueblos que entonces, uno por la mina y el otro por la
industria, contaban con mucha población. Sin embargo, pese a haber sido construidos
y proyectados en las mismas fechas, son, arquitectónicamente, algo diferentes.
El depósito de aguas de Villapendi, en
Turón, cuenta, como los depósitos de Trubia y Pola de Siero, con un cuerpo
central torreado.
El depósito de aguas de La Rebollá,
cuenta, sin embargo, con un cuerpo central semicircular, construido así para
adaptar la estructura al terreno.
Ambas obras, de Rafael Rubiera
Zubizarreta, uno de los arquitectos civiles más famosos de la primera mitad del
siglo XX en Asturias, cuentan con un cuerpo central en torno al que se
establecen una serie de secciones abovedadas radiales que se refuerzan con
contrafuertes al exterior.
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