Choque
de trenes en vía estrecha. Así podría resumirse lo que ocurrió en la estación
de Figaredo el día 24 de septiembre de 1982. Eran las nueve de la noche cuando
un tren de FEVE se estrellaba contra una máquina de mantenimiento a su entrada
en la estación. A bordo del tren iban más de 60 personas.
*Crónica de Pellanes para 'El Comercio'. |
Varios
viajeros y el propio maquinista del tren necesitaron pasar por cirugía plástica
y maxilofacial para reconstruir partes de su rostro afectadas por el accidente.
Hubo personas que perdieron dientes a consecuencia del impacto y muchos fueron
los que acabaron con lesiones en la cabeza que les obligaron a estar bajo observación del equipo de
neurólogos de la entonces Residencia Sanitaria de Oviedo durante algunos días.
El
accidente trascendió a todos los medios y el entonces rey, Juan Carlos I, mandó
al día siguiente un telegrama de apoyo a las víctimas y a sus familiares.
¿Qué
pasó exactamente para que se produjese el choque? Todas las informaciones
coinciden en algo que la compañía nunca confirmó, aunque sí lo hicieron después
las investigaciones oficiales: un fallo humano. Un operario se había puesto a
maniobrar con la máquina de mantenimiento en el acceso a la estación sin
cambiar el semáforo que unos metros antes advertía a los maquinistas sobre si podían
o no entrar en la estación. El semáforo estaba en verde, comenzaba a caer la
noche y el maquinista, aunque frenó al ver ocupada la vía, no pudo hacer nada
para evitar el choque. La baja velocidad a la que circulaba el tren contribuyó
a que no hubiese que lamentar víctimas mortales.
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