LA TRIBUNA DE MONTERDE: Tomando nota del invierno

Se acabó el invierno y a diferencia de los últimos dos o tres años, en este ha llovido bastante, ha hecho frío y la nieve se ha dejado ver en varias ocasiones. Con la primavera recién entrada, no hay mejor momento para apuntar algunos fallos a nivel de mantenimiento y conservación que han quedado puestos de manifiesto en este invierno. Esta Tribuna es posible gracias, en buena medida, a las aportaciones de lectores de esta página.

*Árboles caídos en la carretera a Urbiés

La primera lección que toca aprender es que cuando hiela, se echa sal en aquellos lugares por los que tendrán que pasar vehículos y personas y en los que se sabe que los efectos de la helada tardarán en desaparecer. Hablo de carreteras, especialmente las locales, como la MI-1 entre Mieres y Ablaña, muy transitada y con varios puntos donde el hielo tarda mucho en irse, que apenas han visto la sal este invierno. Hablo también de aceras y otros lugares, como el puente que conecta la pista finlandesa con el cementerio del concejo, muy utilizado por quienes acuden al camposanto y sobre el que solo se ha echado sal un día, el 25 de febrero, coincidiendo casualmente con el homenaje a Manuel Llaneza.

Es cierto que el concejo es grande y que el Ayuntamiento puede que no cuente con un número de medios adecuados para hacer frente a los efectos de temporales de nieve como los dos que tuvimos en febrero. Sin embargo, el Principado, con más y mejores medios tampoco ha ido muy allá. Es incomprensible que de La Veguina para arriba el valle de Turón quedase durante casi dos días sin servicios de autobuses y con la calzada, de titularidad regional, sembrada de ramas de árboles caídas por la nieve de comienzos y finales de febrero. La nieve impidió también circular por la MI-2, de titularidad municipal, entre Siana y Cuna, imposibilitando el acceso a algunos de los pueblos a los que da servicio. No fueron los únicos casos.

*Peñule, colapsada por el agua

No solo en falta de planificación pecaron ambas administraciones. También en falta de información. En pleno siglo XXI se echó en falta información en tiempo real, a través de las redes sociales o de las respectivas webs, del estado de las carreteras, de problemas que pudiesen ir surgiendo o, por qué no, de recomendaciones al público en general. De poco sirvieron las notas de la web del Ayuntamiento en las que con ocasión de las nevadas se informaba de que se estaban limpiando aceras, viales y de que “todos los efectivos están trabajando en los distintos puntos del concejo afectados por el temporal para que se recupere la normalidad cuanto antes”, pero sin dar un listado que recogiese algunas de las incidencias más importantes causadas por el temporal.

La nieve dio problemas y la lluvia no fue menos. Volvió a evidenciarse que es necesario revisar y limpiar periódicamente arquetas, rejillas, cunetas y demás canalizaciones. También, en algunos casos, que tras desbrozar el vial correspondiente, no se deben dejar restos que puedan atascar cualquier vía por la que deba irse el agua. Quedó claro, además, que es necesaria una limpieza con mayor frecuencia del cauce de determinados ríos. La lluvia provocó inundaciones en lugares como Peñule o entre Santullano y Figaredo, dos puntos en los que no era la primera vez que pasaba (ni puede que sea la última), por lo que sería conveniente revisar por qué.

De aquí al próximo invierno, hay tiempo. Toca tomar notas, estudiar, planificar y  prepararse para las inclemencias que vendrán. 

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