En el momento en el que estas líneas
salgan publicadas la piscina municipal de Vega de Arriba habrá recuperado
parcialmente su actividad tras un mes cerrada, con la reapertura del gimnasio y
la continuación de todo aquello que se venía realizando en tierra. La piscina
climatizada tendrá que esperar. “Hay montada una muy gorda”, me comentaba hace
unos días un trabajador con el que me trato.
Las inclemencias meteorológicas son
imprevisibles, sí, pero resulta cuando menos sorprendente que el temporal se
haya cebado con un edificio con una buena ubicación y que no tiene ni diez
años, pues la piscina se inauguró en la primavera 2010 y el gimnasio más o
menos un año después. Unas instalaciones que costaron medio millón de euros
–con cargo al primer Plan E de Zapatero– y que en su día se vendieron como el
no va más de las instalaciones deportivas.
Fachada de la piscina de Vega de Arriba |
¿Qué falló? Es imposible responder a
esta pregunta. Es cierto que llovió mucho, cientos de litros por metro cuadrado
en apenas dos o tres días, entre el 21 y el 23 de enero. Pero la lluvia es un
problema con el que estamos acostumbrados a lidiar y no, en la piscina no había
generado ningún percance, según me decía este empleado que conozco. O no al
menos en los últimos años, los que él lleva trabajando en las instalaciones. Espero
que quien le corresponda ya se haya puesto manos a la obra para determinar por
qué la planta baja se anegó, “ocasionando graves daños a las calderas, bombas
de agua e instalaciones eléctricas”, como reza el folio anaranjado que informa
del cierre de la piscina, colocado en la puerta y en la web del Consistorio.
Reconozco que en medio de este asunto,
he echado de menos declaraciones y movimientos por parte de los distintos
partidos políticos. El PSOE ha venido usando la piscina de Vega de Arriba como
arma arrojadiza contra IU –ya incluso desde antes del cambio de gestión– y
sin embargo, esta vez, nada de nada, al menos por ahora. Tampoco se ha hecho
público a cuánto ascenderá la reparación de los daños provocados por las
lluvias y si será el Consistorio quien la asuma para después repercutirla al
seguro o si será el seguro quien abone directamente. Y sí, mi fuente me ha
dicho que ha habido peritajes por ambas partes. Supongo que en estas
situaciones es difícil dar plazos, pero no estaría de más que concretasen
cuánto tiempo llevará reparar los daños causados por las lluvias más allá del
“se abrirá en cuanto sea posible” de ese folio anaranjado que se encuentra en
la puerta del equipamiento. Obivamente, espero que no tarden en hacer público
qué ha pasado para que un edificio tan nuevo se haya visto anegado por la
lluvia y que de ser necesario, se depuren las responsabilidades que haya que
depurar.
“Va para tiempo”, me decía el
trabajador que conozco. Ojalá. Me consta también que los usuarios tienen ganas
de volver a disfrutar de las instalaciones. Aplaudo, por cierto, que pese a que
la información no ha sido mucha, se les haya dejado claro que “los días en los
que la instalación esté cerrada serán descontados proporcionalmente a cada
abono mensual/trimestral/anual en el siguiente recibo” así como que se les
“avisará por SMS” una vez reabran las instalaciones. Algo es algo.
Comentarios
Supongo que a buen entendedor... Lo que no entiendo es que no les exijan responsabilidades en condiciones. ¿Qué es que por ser obras para la administración no operan los 30 años de garantía de un edificio de nueva construcción por fallos estructurales como los que han tenido algunos de esos edificios levantados por esa empresa? Tela.