Diez de la noche del 19 de diciembre
de 1951. Tres hermanos, Ángel, José Antonio, y Ramón Zapico Fernández se
encontraban tomando algo en un bar de Carcarosa. En el otro extremo del
mostrador se hallaban dos amigos, Marcelino y Faustino. Los seis eran vecinos
del pueblo y con anterioridad, ya habían tenido ciertos roces. En un momento
dado, Ángel y Marcelino comenzaron a discutir. Marcelino lo golpeó con un
bastón y los otros dos hermanos Zapico salieron en su defensa. Se armó una
trifulca en la que Marcelino y su amigo Faustino sacaron cada uno su navaja y apuñalaron a los hermanos Zapico. A
Marcelino y Faustino se sumó, al parecer, Manuel Antonio, un amigo de ambos que
estaba en el bar y que también sacó una navaja para ir contra los Zapico.
Recorte sobre el juicio en El Comercio |
La noche terminó con un drástico
balance de víctimas entre los hermanos Zapico: Ángel recibió hasta cuatro
puñaladas por todo el cuerpo y una de ellas le perforó el estómago, lo que
ocasionó su muerte casi de manera instantána. José Antonio fue apuñalado en el
lado derecho del cuello, de forma que la navaja sesgó su yugular y nada se pudo
hacer por salvar su vida. Ramón recibió una puñalada en la espalda y aunque
estuvo hospitalizado, se recuperó con el paso del tiempo.
Los agresores, Faustino, Marcelino y
Manuel Antonio, fueron detenidos horas más tarde y enviados a prisión. Cuatro
años y medio después, en mayo de 1956, se celebró el juicio, en una sesión única que duró más de
doce horas. La defensa de Faustino y Marcelino se basó en la legítima defensa:
los tres manifestaron que habían hecho uso de sus navajas para defenderse de
los ataques y golpes que comenzaron a recibir por parte de los hermanos Zapico
y de otros clientes del bar. Manuel Antonio declaró que él no había tomado
parte en la reyerta y que se había marchado al poco de que esta comenzase. Desfilaron más de treinta testigos, entre
clientes que se encontraban en el bar y vecinos que conocían a los implicados
en la reyerta y fueron llamados a prestar declaración.
No les podemos contar con exactitud
cuál fue la sentencia de este caso, que se pierde en la hemeroteca, ya que por
mucho que lo rastreamos, no hemos podido encontrar ni la sentencia ni
información alguna sobre ella en los diarios regionales de la época. La
Fiscalía había calificado los hechos de doble homicidio y un delito de lesiones
y solicitaba para cada uno de los agresores una pena de catorce años y ocho
meses de prisión, así como quince días de arresto menor por el delito de
lesiones. Pedía, asimismo, que los agresores indemnizasen con 50.000 pesetas a
la familia de Ángel, otras 50.000 a la de José Antonio y 1.000 para Ramón, el
único de los hermanos Zapico que logró salir con vida de aquella trágica noche
en el bar de Carcarosa.
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