María José Díaz es una de las adalides
en la lucha contra las barreras arquitectónicas en el concejo. Su hija Rosana
se desplaza en una silla de ruedas y se topa a diario con bordillos no
rebajados, vehículos aparcados en los pasos de peatones e instalaciones
públicas poco accesibles.
“Por poneros un ejemplo, realizaron
obras en el cruce de las calles Primero de Mayo y La Vega y han dejado un
superbordillo que no se puede salvar con la silla de ruedas. También han dejado
varios adoquines rotos y baches en la calle La Vega”, nos explica antes de
conversar sobre las barreras arquitectónicas y como es el día a día de una
persona que necesita moverse en silla de ruedas en una ciudad como Mieres.
“Muchos piensan que la eliminación de
barreras arquitectónicas es un capricho, no
una necesidad”
–¿Tiene Mieres un nivel satisfactorio
de accesibilidad?
No, a pesar de ser una cuidad muy
cómoda para pasear y con un buen trazado de calles, no la han mejorado nada en
accesibilidad.
María José y su hija Rosana, a las puertas del negocio que regenta nuestra entrevistada |
–Ese nivel de accesibilidad podría
mejorar si se acabase con distintas barreras arquitectónicas. ¿Existe una buena
predisposición por parte de las administraciones para eliminar las barreras
existentes en calles, servicios de transporte, edificios públicos, parques…?
No, al contrario, cuando les llegan
quejas de este tipo hacen oídos sordos.
–Hoy por hoy, ¿qué actuaciones cree
que deberían ejecutar el Ayuntamiento o el Principado en materia de
accesibilidad en Mieres?
Lo primero que hay que hacer es
eliminar bordillos en los pasos de cebra. Después, regular por medio de las
leyes de accesibilidad el ordenamiento de las terrazas hosteleras, ya que muchas
veces ocupan toda la acera. También se debe mejorar la accesibilidad a los
establecimientos de nueva apertura.
–Hemos hablado de lo público, pero en
lo privado también existen barreras arquitectónicas, por ejemplo, en
establecimientos comerciales. Usted que además gerencia un establecimiento de
moda, ¿ve que haya conciencia sobre la eliminación de las barreras
arquitectónicas entre sus colegas de gremio?
Sí, vemos buena voluntad aunque hay
mucho desconocimiento. Nadie les informa, por ejemplo, sobre las características
que deben tener las rampas.
–Muchas veces son los conductores
quienes fabrican barreras arquitectónicas al aparcar en plazas destinadas a
personas con movilidad reducida u obstaculizando pasos de peatones. ¿Debería
intensificarse la vigilancia y sanción de este tipo de prácticas?
Desde luego que sí, en Mieres apenas existe
vigilancia en estos casos.
María José señala el grosor de un bordillo entre las calles La Vega y Primero de Mayo |
–Pongámonos por un momento en la piel
de una persona en silla de ruedas. ¿Permite la ciudad la plena libertad de
movimiento, es decir, que la persona pueda desplazarse de manera autónoma por
sus calles?
Evidentemente no, entre bordillos,
terrazas y demás.
–Si esa persona debe hacer uso del
transporte público, ¿están los trenes y autobuses lo suficientemente preparados
para ello?
No.
–Ahora que estamos en verano, ¿podría
ir esa persona a una de las piscinas del concejo a tomar el sol, o incluso
bañarse? ¿Cómo se encuentran, en lo que a barreras arquitectónicas respecta,
las playas asturianas?
En la piscina cubierta municipal sí, en
el resto lo desconozco. En las playas lo tenemos difícil.
–Y si desea ver una película o una
obra de teatro, ¿tienen los cines, auditorios y salones de actos una buena
accesibilidad?
No. En los cines te quedas abajo,
delante de la pantalla y no ves nada. En la Casa de la Cultura solo hay dos
plazas y una de ellas está mal ubicada.
–Ha denunciado públicamente, en
prensa y en redes sociales, distintas carencias en materia de accesibilidad y
ha soportado actitudes de todo tipo a la hora de denunciarlas. ¿Podría decirse
que las barreras arquitectónicas son muchas veces consecuencia de barreras
sociales, como la falta de concienciación o la falta de empatía?
Sí, así es. Muchos piensan que son
caprichos, no necesidades.
Nuestra entrevistada y su hija, en un acto con la ministra de Sanidad |
–Sin embargo, han sido más los apoyos
que las críticas. ¿Reconforta que esta lucha cuente con tantos respaldos?
Por supuesto, aunque necesitamos
hechos y no solo buenas palabras.
–Y ya para terminar, miremos al
futuro. ¿Llegará el día en el que las ciudades garanticen la libertad de
movimiento en igualdad de condiciones, sin barreras arquitectónicas de ningún
tipo?
Lo vemos difícil, al ser una minoría
los que las necesitamos. Por eso pedimos que se cumplan las leyes mínimas de
accesibilidad.
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