"Lamentamos informarles que este
año no se procederá a la apertura de las piscinas de Paxío debido a la
situación que estamos viviendo. Lo sentimos mucho, pero todas las medidas de
seguridad que queramos tener nos parecen insuficientes". Con estas
palabras comunicaba la asociación de vecinos de Paxío su decisión de no abrir
las piscinas del pueblo en este atípico verano que acabamos de terminar y que
ha estado marcado, sin duda alguna, por la crisis sanitaria del coronavirus.
¿Cómo vive un pueblo con una gran
tradición piscinera el hecho de
quedarse sin piscinas? ¿Cómo ha sido este verano en Paxío, que también se quedó
sin sus tradicionales fiestas de julio? Tras contactar, sin respuesta alguna
por su parte, con el Centro Cultural de Paxío, decidimos trasladarnos el pasado
19 de agosto a esta aldea perteneciente a la parroquia de Cuna para conocer, de
primera mano, cómo se vivió en el pueblo este verano tan poco común.
"Hay más gente, el confinamiento
y la desescalada hicieron que los pueblos cogieran algo de aire y aquí se
notó", nos confiesa una vecina con la que conversamos en la carretera, a
escasos metros del pueblo. "Voy a ser mala, y que no me oigan algunos,
pero os diré que las piscinas están mejor cerradas, menos coches, menos ruido y
menos de todo. Está esto más tranquilo", nos explica, con una sonrisa
pícara.
Tras despedirnos de esta amable mujer,
caminamos hacia las piscinas para ver en qué estado se encuentran. La imagen es
totalmente distinta a la que presentaban en cualquier otro verano: sillas
apiladas, hierba sin segar y agua de color verde dan buena cuenta de que las
instalaciones llevan un tiempo cerradas y sin mantenimiento.
Esta hubiera sido la segunda temporada
en la que los usuarios hubieran disfrutado del edificio de vestuarios y aseos,
construido en la primavera de 2019 con un importe total de 94.830 euros. No fue
la única inversión reciente que tuvieron las piscinas; en 2016 se remodeló el
vaso de la piscina principal, con una inversión cercana a los 120.000 euros.
"Da pena ver que después de todo lo que se gastó venga esto del
coronavirus y obligue a dejarlo ahí, además con el buen trabajo que hacía la
asociación de vecinos estos últimos años", nos explica un vecino con el
que nos topamos en el camino que bordea las piscinas, mientras realizamos
algunas fotografías para el reportaje. "Pasó lo mismo con las fiestas, es
muy triste, pero supongo que es lo que nos queda. Prevenir antes que
lamentar".
Tras realizar las fotografías,
abandonamos el pueblo por la salida próxima a las piscinas. Allí volvemos a
encontrarnos con la vecina con la que ya habíamos conversado. "Anda mucha
gente caminando, corriendo o en bici por la carretera, eso también lo noté yo.
Y muchos de los que vienen entran a ver las piscinas. Debe ser nostalgia",
nos explica antes de despedirnos.
Las piscinas de Paxío, una para
adultos, con un vaso de 25x13 y otra, más pequeña, de 6,2 x 5,7, para niños,
son, junto con la de Turón y la piscina infantil de Vega de Arriba, las únicas
piscinas al aire libre con las que cuenta el concejo. La temporada pasada el
acceso costaba 2,50 euros para adultos.
"El año que viene lo
disfrutaremos el doble", concluían los responsables de la asociación de
vecinos el comunicado con el que anunciaban el cierre de las instalaciones este
verano.
Esperamos que los bañistas vuelvan a
disfrutar de las piscinas de Paxío en 2021 y que el próximo verano el pueblo
recupere también sus fiestas.
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