El transitado cruce de El Vasco, entre las calles Manuel Llaneza, Doctor Fleming y Ramón Pérez de Ayala, fue, durante décadas, paso obligado de las locomotoras que atravesaban el casco urbano.
Un paso a nivel, primero sin barreras y luego con ellas, regulaba el tráfico en un cruce muy concurrido, con doble sentido de circulación desde todas las calles que desembocaban en él.
La nueva estación de Feve, inaugurada en noviembre de 1988, conllevó el desmontaje de buena parte de las vías que atravesaban la villa, con un nuevo trazado para el ferrocarril, paralelo al río Caudal y ajeno a cruces como el que nos ocupa en esta entrada. Por aquel entonces, se desarrolló un plan de reorganización viaria que contempló, entre otras actuaciones, que el cruce de El Vasco dejase atrás las barreras para estar presidido por una moderna rotonda, con fuente incluida, al más puro estilo de las grandes ciudades.
Pese a que hubo quienes insistieron en poner un nombre a la glorieta –como el exdiputado popular Carlos Galcerán, que propuso llamarla Plaza de Oviedo–, la rotonda quedó innominada y así sigue a día de hoy, regulando, con su fuente, el tráfico en uno de los cruces más concurridos de Mieres.
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