En una época en la que están de moda los remakes, las versiones de algo producido con anterioridad, opto en esta entrega por hacer mi particular remake de un artículo que publiqué en esta web hace un año y que se vio un tanto ensombrecido por la llegada del coronavirus a nuestras vidas. Unos días antes de aquel 13 de marzo de 2020, en el que nos ordenaron quedarnos en casa, volvía a la mía acompañada por una amiga. Veníamos caminando por La Mayacina cuando al pasar frente a la promoción de viviendas de alquiler, la última en construirse, mi amiga se paró un momento y dijo: "¿Pero aquí no iban a abrir un local para estudiar, tipo las salas de estudio que hay en Oviedo?"
No supe qué decirle. Sí que es verdad que de algo me quería sonar aquello de la sala de estudio, pero en aquel momento no recordaba nada más al respecto. "Que sí, que sí, que algo de eso salió en el periódico", me insistía mi amiga. "Búscalo en internet, ya verás". Eso hice al llegar a casa y sí, todos los diarios regionales y esta misma web se hacían eco del resultado de una reunión mantenida entre Ayuntamiento y Principado a comienzos de marzo de 2019. En el transcurso de la misma se había acordado la cesión de uno de los locales para sacar adelante una sala de estudios.
"Tras la firma del acuerdo de cesión entre Ayuntamiento y Principado, el primero comenzará de inmediato con los trabajos para habilitar el bajo comercial, sobre todo de cara a la próxima época de exámenes, que será a partir de mayo", recogía La Nueva España del 12 de marzo de 2019.
Dos años después, no hay ni rastro de la sala de estudios. Parece que las administraciones implicadas se hayan olvidado del asunto, de aquel asunto que, casualmente, sacaron a relucir en un año electoral. ¿Por qué? ¿Se intentó o no esa cesión de ese local? ¿Sigue en manos del Principado? ¿Es del Ayuntamiento? ¿Qué ocurrió ahí? Olvidándose de este proyecto no solo se olvidan de una sala de estudio, sino también de una generación, la de los jóvenes que podrían hacer uso de ella. Mucho se les llena la boca hablando de políticas para la juventud, pero la juventud sigue siendo la gran olvidada de la política, igual que lo era en mi época.
Han pasado dos años, en los que lo único que se ha vuelto a hablar de la sala de estudio, son estas líneas y las que le dediqué hace doce meses, ni más ni menos. Los médicos aconsejan vitamina B1 para la memoria, ojalá este espacio de opinión sea la vitamina B1 que necesitan las administraciones para acordarse de este proyecto necesario en una villa en la que solo la Biblioteca Pública y el Campus ofrecen espacios para ello, más o menos como en mi época, hace ya más de una década.
Hay que apoyar a quienes estudian y luchan por labrarse un camino y, en ese sentido, esto de la sala de estudio era una muy buena iniciativa.
Álvarez
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