Los toboganes y columpios del entonces parque Fernández Villa, en La Riquela, Turón, se dejan ver en la primera de las imágenes de este Cómo han pasado los años dedicado al pasado reciente de algunos de dos de los espacios más populares del valle.
El parque, un espacio natural creado sobre una antigua escombrera en los años 90, con una superficie de más de dos hectáreas, era noticia en 2006 porque se comenzaba a estudiar la puesta en marcha de la llamada Ciudad del Tenis de Turón. Un polideportivo, dos pistas exteriores y un edificio de servicios múltiples fueron construidos entre 2008 y 2011. Tras una inversión de un millón de euros, procedentes del Fondo Estatal de Inversión Local, para la construcción del polideportivo y las pistas exteriores, y de 210.000 euros del Plan A de 2011 para el edificio de servicios, el proyecto original quedó parcialmente ejecutado, pues en él se completaba una tercera fase de actuaciones, con la construcción de dos pistas más de tenis y otras dos de pádel que nunca llegaron a levantarse.
Estas instalaciones, gestionadas hoy por el Club de Tenis Mieres del Camín, fueron testigo de uno de los cambios más sonados que se produjeron sobre este lugar, experimentado en 2015, cuando, tras el estallido del caso Hulla, se decidió retirarle el nombre del exdirigente del SOMA José Ángel Fernández Villa para pasar a ser conocido, simplemente, como parque de La Riquela.
La primera década del nuevo siglo fue una década de cambios en otra escombrera, la del pozo San José, que se restauró y pasó a acoger, entre otras cosas, un monumento a los mineros fallecidos en los pozos del valle, centenares a lo largo de toda su historia.
El monumento, inaugurado en 2006 e impulsado por el fallecido Marcelino Escudero, fue objeto de una exhaustiva rehabilitación en el año 2012, tras haber sido víctima del vandalismo.
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