Mucho se lleva hablando, en los últimos meses, de los fondos europeos de recuperación y de ese programa de transición justa con el que se busca sortear la crisis económica y demográfica en distintos territorios, entre ellos, Asturias y las Cuencas.
Parque eólico de la sierra de Bodenaya, en Salas. EFE |
El Principado ya ha puesto sobre la mesa distintos proyectos a cubrir con fondos de la transición justa, esa que pretende compensar el cierre de minas y térmicas. Parece ser que esta vez sí se piensa en verde, en de dónde sacar la energía que ahora producen térmicas que en un par de años dejarán de hacerlo. Se habla de energía eólica y de procesos con hidrógeno. Es interesante todo lo que tenga que ver con este tipo de energías limpias en una región con tantas posibilidades como Asturias. En el caso de las Cuencas, y más concretamente de nuestro concejo, es hora de que los fondos para la transición justa permitan reactivar viejos proyectos aparcados y que podrían generar cierto empleo.
Se habla también de mejoras en áreas como conexiones y redes de alumbrado, abastecimiento y desagües en distintos lugares de Asturias. Está bien invertir en los lugares donde vivirán quienes se queden después de la segunda transición que cubren los fondos, y más lo estaría si se tiene en cuenta el perfil mayoritario de quienes habitan esos lugares. Me explico… Sí, está bien que se renueve el alumbrado en no sé dónde, pero mejor estaría que, por ejemplo, en un concejo como Mieres, los fondos de transición justa sirviesen para financiar, en todo o en parte, uno o dos nuevos geriátricos públicos. Población envejecida es igual a necesidad de este tipo de instalaciones, en un concejo en el que el sector privado se come al público por la falta de plazas de este. Cada que vez que paso frente al edificio de aquello que se dio en llamar Diasa, en La Cuadriella, no puedo evitar pensar en qué hubiera sido de aquel magno inmueble si los millones invertidos en él hubieran servido para construir un geriátrico público, que hubiera creado unos cuantos empleos estables y que habría traído a Turón, a largo plazo, más riqueza económica que la que trajo Diasa en su breve periplo.
Habrá que esperar para conocer con más detalle qué proyectos se ejecutarán en Mieres a partir de los fondos europeos para la transición justa. Las expectativas, por ahora, son buenas. Parece que se van asumiendo los errores cometidos con la gestión de los fondos mineros. Como ya insistí en aquel entonces, hace más de veinte años, no se trata tanto de captar población y traer gente, sino de mirar por los que se quedan. Ojalá también estos nuevos fondos sean objeto de auditorías periódicas por parte de la Unión Europea, y que aquellos proyectos que se ejecuten se evalúen cada cierto tiempo para garantizar que hasta el último céntimo de lo recibido para un proyecto va, en efecto, a ese proyecto y no a los bolsillos de a saber quién. No tuvimos la mejor de las experiencias hace veinte años, aprendamos de los errores y aprovechemos, esta vez sí, los millones que van a venir desde Europa.
ELCARABA
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