Hace tres décadas, los mierenses comenzamos a disfrutar del paseo fluvial del río Caudal, popularmente conocido como la ruta del colesterol.


La senda, que fue una de las actuaciones más ambiciosas desarrolladas en el Mieres de los años 90, se construyó a la par que se realizaban obras en sus proximidades, como el nuevo encauzado del río Caudal entre Figaredo y Mieres, la nueva carretera entre El Pedroso y Mieres o la colocación de diferentes pasarelas peatonales.
Con un proyecto inicial que contemplaba unir Ablaña con Ujo, el paseo fue ampliándose, llegando hasta Santa Cruz y, posteriormente, en 2010, a Bustiello.

El paseo permitió a Mieres ganar unos cuantos espacios verdes y servir como senda de tránsito de quienes realizan otras rutas, como el Camino de Santiago o la Ruta de la Plata, con tramos que coinciden con el propio paseo.
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