PALIQUES POLÍTICOS: Y la ordenanza fue rectificada...

Hola de nuevo a todo el mundo. Por segundo año, me ocupo de comentar lo más destacado de la política municipal en Paliques políticos.
Una de las pegatinas editadas para fomentar la convivencia

"No te olvides de que no somos señores feudales, sino siervos. Los señores feudales son los que nos votan, mayor poder que ese no existe". Este comentario se lo escuché hace más de veinte años a un sabio edil que reñía a otro, no tan sabio, después de que este último hubiera tratado mal a un grupo de vecinos que había acudido al Ayuntamiento no sé si a protestar o a pedir algo. Me quedó grabada aquella idea.
Este verano, hace todavía menos de un mes, se publicaba la corrección de la Ordenanza Municipal sobre la Tenencia de Animales Domésticos, que con su nuevo tenor literal permite el paso de perros por los parques –excepto áreas de juegos infantiles– y las zonas verdes, respetando, como es lógico, las normas de limpieza.
La actitud de señores feudales que habían mantenido durante meses en el Consistorio terminó por ceder ante la presión ejercida por los dueños de los perros. Poco se ha escrito sobre la capacidad de un grupo de propietarios y distintos colectivos animalistas para organizar protestas que llenaron la plaza del Ayuntamiento. Aquellas protestas y su difusión en redes sociales fueron el germen de una nueva asociación, creada, entre otros fines, para garantizar el bienestar animal y promover la convivencia entre vecinos con y sin animales. Es asombroso cómo se recogieron miles de firmas, se imprimieron pegatinas, se alquilaron espacios publicitarios, se diseñaron pegatinas proconvivencia, y hasta se hicieron pañuelos y camisetas con fines reivindicativos y solidarios, con una parte de su precio destinada a alimentar las colonias de gatos. Todo ello, en cuestión de meses y en época de pandemia, con el contacto social restringido.
Alguien debería estudiarlo, porque en Mieres llevaba mucho tiempo sin pasar algo así. Pese a lo reivindicativos que fueron nuestros mineros, nuestros trabajadores, el salir a la calle a pelear por algo se estaba perdiendo. Recuerdo, por ejemplo, que hace cinco o seis veranos hubo una concentración para salvar Emutsa, ante la amenaza de cierre lanzada por el Estado, y no llegaríamos a cuarenta los que nos asomamos a la plaza del Ayuntamiento.
Creo que lo sucedido con esta ordenanza acarrea varias enseñanzas. Para nuestros políticos, que es necesario escuchar antes de actuar. Ponerse en la piel del siervo para escuchar al señor feudal y no convertirse en seres autoritarios incapaces de dialogar con quienes, como en este caso, tenían mucho que aportar. Ojalá esta experiencia sirva para abrir diálogo sobre otros temas pendientes, como el voluntariado municipal o los planes CES con las colonias de gatos. Todo esto también ha servido para que nuestros políticos vean la de gente que tiene animales y que, como ya insistí en la temporada pasada, es necesario apostar por una concejalía dedicada exclusivamente al bienestar animal para dar respuesta a estos y otros muchos temas.
A los ciudadanos, este asunto nos muestra que no hay por qué acatar aquello que nos parece injusto, y que aquello de la unión hace la fuerza, aunque suene antiguo, aún sigue funcionando. De refilón, nos enseña, además, cómo a veces las administraciones hacen gastos inútiles, ya que, según me informan desde dentro, el Consistorio se gastó una notable cantidad de dinero en nuevas señales de prohibido perros, como las del parque Jovellanos, que tendrán que ser retiradas y guardadas en un almacén. Guardados también están cientos de kits de bolsas para la recogida de excrementos y botellas para rociar agua sobre los orines, que el Consistorio había encargado para distribuir entre los propietarios a comienzos de año, coincidiendo con la entrada en vigor de la ordenanza y en el marco de una campaña de concienciación al respecto.
ELCARABA

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