Imagínense por un momento que tuviéramos en Mieres un lugar formado por hectáreas y hectáreas de bosque, que se pudiera transitar por infinitos senderos y caminos, y en el que se pudieran ver restos arqueológicos centenarios, algunos de ellos únicos en el norte de España. ¿Estaría bien, verdad?
Pues no hace falta imaginar nada, porque lo tenemos, y muy cerca del casco urbano. Hablo de Mariana, como habrán podido intuir por la imagen.
Hace un par de fines de semana tuve la gran suerte de adentrarme en esta zona de la mano de alguien natural con raíces en ella y gran conocedor de todos sus senderos y recovecos. Durante algo más de tres horas caminamos por paisajes impresionantes y senderos que hoy solo recorren los animales nocturnos, pero que antes tuvieron muchísima vida. Castaños, avellanos y unos cuantos árboles nos acompañaron en un recorrido que me permitió descubrir el potencial que puede tener esta zona, si fuese mínimamente promocionada y se señalizasen los dos caminos principales, el de la escombrera y el antiguo entre Quintos, Terceros y Primero.
Entre los árboles emergen, de vez en cuando, restos del pasado industrial de la zona. Aún queda en pie buena parte de la casa de máquinas del primer piso de Mariana, muy cerca del imponente puente del ferrocarril. Más arriba, en Quintos, puede verse un polvorín. Entre la maleza se adivinan antiguas transversales y algún que otro pozo, sin señalizar, que aconsejan andar con cuidado. A todo este patrimonio cabe sumar el formado por los inmuebles que aún se conservan y que fueron viviendas, oficinas y hasta un pequeño hospitalillo, en los distintos niveles de un valle que arranca junto a la plaza del Carmen, en La Villa, y llega hasta Tablao y Brañanoveles, de una parte, y Rozaes de Bazuelo, de la otra.
Igual que se apostó por recuperar y promocionar la trinchera entre Mieres y El Peñón, algo debería hacerse con Mariana. Es cierto que la zona se encuentra relativamente concurrida por senderistas, ciclistas y jinetes, pero podría abrirse a un público más amplio. Si bien algunos senderos sí entrañan cierta dificultad, otros, como el de la escombrera, son aptos para casi todos los públicos. Ahora que se apuesta por políticas turísticas apoyadas en el pasado industrial del concejo, creo, sinceramente, que Mariana tiene mucho que aportar, porque no solo abarca vestigios industriales, sino también una serie de parajes repletos de aire puro y silencio, solo roto de vez en cuando por alguna reguera. Mariana es historia y es naturaleza a dos pasos del barrio de La Villa y el casco urbano. Aprovechémoslo.
Álvarez
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