PEQUEÑAS SEMBLANZAS DE GRANDES MIERENSES: Silverio Cerra

Si hay un nombre clave en la investigación del culto a los mártires san Cosme y san Damián en el concejo, ese es el de Silverio Cerra.

Silverio Cerra, en una imagen publicada por él mismo en sus redes en 2013

Silverio Benjamín Cerra Suárez vino al mundo el 16 de marzo de 1938 en la aldea de Otura, en Morcín. Con apenas unos meses de vida, su familia se trasladó a Canga, en el valle de Cuna. Hijo de un minero, estudió en la escuela de Cenera y en La Salle de Ujo. De profundas inquietudes religiosas desde joven, en 1958 ingresó en el Seminario de Oviedo. De allí salió, años más tarde, convertido en sacerdote. De hecho, el 17 de mayo de 1964 oficializaba en la parroquia de Santa María, en Cuna, la que fue su primera misa.
Su buen hacer como alumno fue clave para que continuase en el Seminario como profesor. Allí y en la facultad Padre Ossó impartió clases de Filosofía y Teología hasta su jubilación en 2003. Allí descubrió también al padre Feijoo, sobre el que llevó a cabo una notable labor investigadora, contenida en títulos como Doscientos cincuenta años de bibliografía feijoniana (1976) o su tesis Las ideas antropológicas de Feijóo (1986), ambos editados por el Seminario.
Enamorado del valle de Cuna, dedicó buena parte de su tiempo a recoger y divulgar distintos aspectos relacionados con su etnografía, paisanaje y creencias. Suyas y de su hermano Luis son las completísimas entradas que sobre el valle alberga la Gran Enciclopedia Asturiana, coordinada desde Gijón por Silverio Cañada y editada por Heraclio Fournier en los años 70. Suyos fueron también diversos artículos de investigación sobre el culto a san Cosme y san Damián en Mieres, estudios que sirvieron de base a San Cosme y San Damián, Mártires de Cuna, una obra editada en 1992 por la parroquia de Santa María de Cuna, a la que pertenece el santuario. Una emotiva dedicatoria abre la obra: 
"A todas las personas que han sostenido este santuario desde tiempo inmemorial; a mi abuela y a mi madre que me llevaron a él hace tantos años; a todos los devotos que hoy acuden a san Cosme y san Damián. Ellos merecen todo bien". 
El mismo año de la publicación del libro se convirtió en pregonero de la fiesta.

Portada de la obra de Silverio sobre los Mártires

Aficionado a la montaña y a dar todos los días un paseo al aire libre, el viernes 16 de mayo de 2014 Silverio cogió su coche y su perro y se fue hasta las Capillas del Monsacro, en Morcín. Dos días después, el domingo 18, la parroquia de Santa María de Cuna tenía previsto conmemorar los cincuenta años transcurridos desde su ordenación como sacerdote. Dado que no llegaba a su propio homenaje, un familiar con el que había hablado el viernes dio la voz de alerta. Minutos más tarde su cuerpo era encontrado en un desnivel próximo a las ermitas. Un accidente mientras caminaba acabó con su vida. Tenía 76 años.
"Era fácil conversar con don Silverio, era admirable su saber erudito y enciclopédico, era hermoso compartir el mantel del altar en la santa Misa y el mantel de la mesa en un almuerzo", declaraba el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, tras conocerse la noticia. "Fue una trágica coincidencia que el cuerpo de Minín [así le llamaban cariñosamente] apareciese sin vida el día de su homenaje", apuntaba Manuel Roces, entonces párroco de Cuna y gran amigo de Silvero.

Comentarios

Manolo ha dicho que…
Silverio era un ilustrado en temas religiosos y locales. Columnista durante mucho tiempo en la Nueva España. Yo lo conocí en la biblioteca del seminario en mi época de la facultad de historia. No sabía desde accidente que acabó con su vida.