En los últimos meses se han realizado diversas obras para mejorar La Pasera y el entorno de la iglesia de San Juan Bautista, a falta de la rehabilitación de la fachada del popular templo. Sin embargo, se ha quedado olvidado un elemento que es una auténtica joya y que estando ahí, pocos nos acordamos de él: la antigua escalera de la plaza.
Una escalera que es de las pocas que quedan del Mieres antiguo, del originario, con sus peldaños gastados de subir y bajar gente por ella. Una escalera que, además, tiene el honor de comunicar la plaza con la casa natal del vecino más ilustre de La Pasera, el mismísimo Teodoro Cuesta. Una escalera de catorce peldaños que no está completa, pues cuentan que hasta hace unas décadas llegaba al suelo de la actual plaza. Sin embargo, aún nos quedan esos catorce peldaños, que bien merecen una limpieza, la retirada de algún grafiti, y una señal o un indicador en la propia plaza que explique que esa es una de las escaleras más antiguas del concejo y que lleva, ni más ni menos que a la casa natal del mismo Teodoro Cuesta que está sentado en la propia plaza, en esa estatua que tan bien ha quedado restaurada.
E. Hernández Prieto
(Mieres)
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