Estamos en la Semana Europea de la Movilidad, que, como su nombre indica, busca, entre otros fines, promover la movilidad sostenible. Quizás por eso no se me ocurrió mejor momento para hablar de bicicletas o, más bien, de lo olvidadas que han estado las bicicletas en Mieres... hasta ahora.
Sí, en cientos de ocasiones hemos escuchado aquello de "Mieres tiene que ser una ciudad para el siglo XXI". También hay o hubo una concejalía de Desarrollo Sostenible y se consiguieron millones en fondos de la Unión Europea para avanzar en sostenibilidad, la famosa estrategia EDUSI. Sin embargo, en los últimos quince no se dedicó un solo euro a la bici, a fomentar su uso o, ya no implementar nuevos carriles para este vehículo, sino simplemente reacondicionar los poquísimos que ya hay. Todo ello en un municipio cuya capital es enteramente llana y en el que alguien en bici podría ir desde La Peña al hospital en media hora o menos.
Del carril bici de la calle Gonzalo Gutiérrez Quirós solo queda el indicador de la fotografía que ilustra este artículo. Bueno, y de vez en cuando se ve alguna raya. Es lo que tiene el paso del tiempo y que no se haya repintado desde que se diseñó, allá por el 2010-2011. Sí, era y es un carril bici corto, pero seguro. No cabe decir lo mismo del de Valeriano Miranda, del que sí que ya no queda rastro alguno. El humor negro mierense decía que se construyó para matar prejubilados cuando iban en bicicleta y así recuperar para el Estado sus abultadas pensiones. Algo parecido se hizo en el puente Siana hace unos años. Se diseñó de una forma tan chapucera, que hoy no se sabe muy bien si aquello es un carril bici o un arcén para descongestionar las aceras cuando bajan muchos viajeros en Mieres-Puente. Y, sí, toca concluir con el último carril bici, el del paseo fluvial, que solo dura lo que dura el polígono de Gonzalín. Un carril bici seguro de no ser porque hay varios puntos en los que las raíces de los árboles han destrozado el firme. El carril bici-bus-moto-taxi de Carreño Miranda no sé dónde meterlo. El fiasco que fue el Anillo Ciclista de la Montaña Central daría para un libro.
Así estaba el panorama en Mieres para las bicis y los ciclistas... hasta ahora.
En pleno verano se anunciaba una inversión millonaria para crear nuevas sendas cicloturistas, carriles bici, puntos de mantenimiento de bicicletas y alguna que otra cosa más. Es un avance muy importante si llega a materializarse, que seguramente lo haga, y, lo más difícil, si llega a mantenerse a lo largo del tiempo. Soy escéptica ahí, viendo los antecedentes que ya les he comentado.
Aun así, celebro este último intento de subirnos a la bici y apostar, con retraso, por la verdadera movilidad sostenible.
ÁLVAREZ
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