El 11 de noviembre de 2023 fue un día duro. Tras varias semanas de ausencia y con todo tipo de rumores disparándose en los últimos días, el Ayuntamiento de Mieres emitía un comunicado de prensa en el que informaba del delicado estado de salud de Aníbal Vázquez. Un día después el regidor fallecía. El luto invadió el concejo durante varios días, con la casa consistorial convertida en capilla ardiente, crespones negros por doquier y un ambiente lúgubre generalizado que dieron paso a una multitudinaria y emotiva despedida del pueblo a quien había sido su alcalde durante doce años y medio.
Podría decirse que aquel 12 de noviembre murió el hombre y nació la leyenda. El reconocimiento político y ciudadano a Aníbal fue ejemplar. En pleno duelo, alguien abrió en Facebook un grupo en el que se demandase que el parque de La Mayacina llevase su nombre. A escasos seis meses de su muerte, Aníbal recibía un merecido homenaje póstumo en el parque que él había inaugurado poco antes de ganar sus últimas elecciones con la tercera mayoría absoluta consecutiva. También a las pocas semanas de su muerte se anunció que sería Medalla de Oro de Asturias, reconocimiento que le fue otorgado a su familia el pasado mes de septiembre.
Aníbal se nos fue, pero siguió y sigue estando entre nosotros. Es memorable aquella agenda cultural de principios de año que le rindió homenaje con unas ilustraciones cargadas de emotividad, como la que ilustra este artículo. También son memorables las palabras de quienes participaron en numerosos actos de aquella y de otras agendas, en los que hubo y hay sitio para el recuerdo del alcalde.
En una época de crispación política como la que nos ha tocado vivir, Aníbal fue la excepción. Su figura fue ampliamente reconocida por unos y otros, con independencia de que se estuviese a favor o en contra de sus políticas. Y ello fue, en gran medida, por la calidad humana de un hombre que supo ganarse el voto de vecinos que, hasta su llegada a la política, jamás habían votado a Izquierda Unida. Es de sobra conocido que recibió ofertas para crecer, políticamente hablando, pero que las rechazó para seguir en Mieres. Me consta que cuando asumió un alto cargo de la Federación Española de Municipios y Provincias se sintió agobiado en muchas ocasiones por tener que irse a Madrid a jugar en otra liga.
La leyenda ha nacido en estos últimos doce meses. No me cabe duda de que seguirá creciendo en un futuro. Quienes tenemos ya cierta edad recordamos un caso análogo en Vital Álvarez Buylla, otro alcalde fallecido en el ejercicio de su cargo. Como aquel, Aníbal será recordado como una pieza clave en la historia del concejo y, aunque pasen los años, su nombre y su legado en esa historia serán recordados por quienes lo conocimos y conocidos por quienes no tuvieron ni tendrán esa oportunidad. Es lo que tienen las leyendas.
ELCARABA
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