Acompañarte de gente que vive en otras ciudades, a veces, te hagan ver cosas que pasan desapercibidas a tus ojos, acostumbrados a llevar viendo lo mismo de hace décadas. Fue lo que me pasó a mí con unos amigos madrileños, con los que caminé por el paseo fluvial hace unos días.
Nuestra ruta fue muy sencilla, y es que empezamos en Ablaña y terminamos en Bustiello. Les llamó la atención que una localidad de interior tuviese un paseo fluvial más largo que muchos paseos marítimos de grandes ciudades. Les conté que pudo haberlo sido aún más, de haberse conseguido enlazar con el paseo fluvial de Aller, un proyecto fallido gracias al cual conseguimos alargarlo hasta Bustiello. Se sorprendieron de que, conforme íbamos caminando, fuesen apareciendo puentes tan diversos. Yo les iba comentando un poco por encima sus funciones y su origen. Se sorprendieron con los puentes ligados a Fábrica de Mieres, tanto el del tráfico rodado como el del ferroviario, con sus imponentes estructuras férreas. Les llamó también el puente de Feve sobre el Caudal, con sus remaches tan característicos. La Perra les sorprendió, con su historia interna y la peatonalización de su parte superior. Pasamos el puente Siana y llegamos al puente de la autovía, con su gaviota, esa escultura que rodea a uno de sus pilares. El puente de Santullano les fascinó. Tampoco se quedaron atrás con los de Figareo, Uxo, Santa Cruz y el Dos Hermanos, cerrado al paso de peatones. El de Bustiello fue merecedor de numerosas fotos.
"¿Cómo no se encuentran señalizados con sus respectivas historias?", me preguntaba una de mis acompañantes. No supe qué responder. Pero sí, deberían estarlo. Forman parte de la riqueza industrial del paseo, un paseo asociado al río, un río cargado de puentes con historia. Nunca los había visto así hasta aquel día. Puentes de distintos siglos, construidos con fines de lo más variados y con arquitecturas muy pero que muy dispares. Pienso que merece la pena darlos a conocer, incluirlos de alguna manera en esa senda fluvial que, no hay que olvidarlo, forma parte también del Camino de Santiago.Es un patrimonio impresionante.
Se habla a veces de lo interesante que es ver tu pueblo o tu ciudad con ojos de turista. No me cansaré de hacerlo siempre que reciba a alguien. Es muy gratificante.
ÁLVAREZ
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