Reconozco que tengo mis ideas favorables y desfavorables sobre las grandes cadenas comerciales. Por un lado, celebro que lleguen a cualquier sitio, ya que es sinónimo de generación de empleo y movimiento económico. Por otro, me apena pensar que su llegada pueda significar una merma en los ingresos del pequeño comercio, el de toda la vida.
Dentro de ese equilibrio de fuerzas, siempre pensé que a Mieres le hacían falta más grandes cadenas, que el pequeño comercio tenía una amplísima cuota de mercado en el concejo. Por eso celebré la llegada de una conocida cadena de ropa que se instaló hace unos años en la calle La Vega. Generó puestos de trabajo, lo sé de buena mano, y diversificó la oferta, apostando por la moda a precios populares para todos los públicos. Evidentemente, no es el lugar para comprarse un traje y puede que tampoco un vestido de fiesta, pero sí una camiseta o unas zapatillas para andar por casa. Confié en que aquel primer paso abriera el camino de otras cadenas, de un PuBe, de un St, de un Be, de un Ma o, por qué no, de un Z. No sé si habría mercado para tantas, pero sí poder adquisitivo. No fue así. Las iniciales se corresponden con marcas que no podemos mencionar porque no nos pagan, evidentemente.
Esa misma esperanza albergué cuando, no hace mucho, una conocida cadena de pizzerías abrió sus puertas en el casco urbano. Se incrementó, todo hay que decirlo, después de que otra, de hamburguesas, hiciera lo propio en Vega de Arriba. Hay ciudades en España, con menos población que Mieres, que tienen una Tagl, un Goi o un Gin. De nuevo, las iniciales se corresponden con marcas. Italianos, más de comida rápida, japoneses… Pienso que hay cabida para todos.
Y sí, la esperanza fue la misma que cuando llegó el hipermercado del centro comercial. Siempre pensé que si una gran cadena se interesaba en Mieres, no tardarían en llegar Lid, Alc, Mer o Spa, pero no fue así.
No sé qué sucede, pero no somos atractivos. No conseguimos atraer la atención de grandes cadenas o, en su caso, de franquiciados que apuesten por seguir extendiendo la marca. Se puede apuntar a la pérdida de población y es posible que ese sea un factor. Sin embargo, estoy convencida de que funcionaría cualquiera de las marcas parcialmente mencionadas. Hay poder adquisitivo y contamos con una ventaja: cuatro o cinco concejos muy cerca, cuyos habitantes se mueven mucho por el nuestro, y viceversa, siempre que nos interesa algo. Que levante la mano quien no conozca a alguien de Mieres que va con frecuencia al Mer de Pola de Lena a hacer la compra.
ÁLVAREZ
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