ÁLVAREZ OPINA: La ordenanza de tenencia de animales domésticos existe, como el civismo

300 euros; 50.000 de las antiguas pesetas. Una cantidad nada despreciable, ¿verdad? Esa es la cuantía de las sanciones que se están imponiendo en virtud de la ordenanza de tenencia de animales domésticos. ¿Las causas? Desde que el animal sea visto pasear sin ir atado por donde no debe ir suelto a animales sin cartilla de vacunación, sin la documentación al día. También, de vez en cuando, esa cantidad se aplica a la no recogida de cacas y a dueños que tienen a sus animales en condiciones infernales, en cuyo caso la sanción va acompañada de otras medidas.
Todo esto es público, basta con echar un vistazo a las actas de la Junta de Gobierno Local, el organismo encargado de ratificar en última instancia esas sanciones. Todas están en la web del Ayuntamiento, por cierto. 


Pese a ello, hay gente que parece olvidar lo que señala la normativa, en muchos sentidos. No es de recibo que haya aceras en las que día sí y día también se observan cacas no recogidas. Tampoco lo es que haya quienes aprovechan los paseos y sendas peatonales para llevar a sus animales sueltos, a veces bichos de un tamaño como el de la fotografía que ilustra este artículo. La normativa es clara: solo pueden estar sueltos en las zonas habilitadas a tal efecto. Otra cosa es que haya pocas zonas, que sin duda alguna, las hay. Ni parques ni paseos ni ningún espacio público donde puedan molestar, provocar un accidente o herir a otros usuarios por el hecho de ir sueltos y, como el de la fotografía, a varios metros de distancia de sus dueños.
La ordenanza estuvo rodeada de polémica cuando se aprobó hace unos años. Pero es la ordenanza. Y es de obligado cumplimiento. Por mucho que la Ley Antitabaco molestó en su día a hosteleros y fumadores, estos acabaron acatándola.
Qué quieren que les diga, yo, sin tener perro, y aun gustándome, creo que prefiero llevar el animal atado y recoger sus cacas a que me saquen un dinero del bolsillo o a que mi perro, por ir suelto, acabe atropellado, que es casi peor.
Respeto, por favor, a la normativa. Y respeto, por favor, al resto de usuarios de paseos y sendas. No es de recibo que, a eso de las ocho de la tarde, una servidora se incorpore al paseo fluvial desde Reicastro y se encuentre con cuatro o cinco adultos y siete u ocho perros, todos ellos sueltos y en modo quedada, porque "Reicastro es de Hunosa y la policía no pasa". La Policía no, pero muchas personas sí y no tenemos que aguantar que se nos acerque una jauría de perros sueltos. Lo mismo aplica para los dueños del bigardo de la foto.
ÁLVAREZ

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