Creo que es hora de perseguir a un nuevo tipo de vándalo/a, un nuevo tipo caracterizado por su poca pericia, que le lleva a realizar pintadas de grandes dimensiones en las que hace constar alguna de sus credenciales en las redes.
Sirvan como muestra este par de ejemplos, de dos pintadas enormes en los muros del Hermanos Antuña, en la parte trasera del estadio. Muros que fueron pintados de blanco hace escasos meses y que hoy están para volver a pintar. Todo por culpa de vándalos y vándalas que se han dedicado a ensuciarlos con sus usuarios de Instagram. Deduzco que sea esta red social, ya que X, la otra que también usa una arroba para introducir al usuario cada vez es menos importante, y más para el perfil que deben tener quienes se dedican a realizar estas pintadas.
No me digan que no sería bonito que en vez de seguidores los autores y autoras de estas pintadas recibieran en su casa la visita de un policía y se les impusiese la correspondiente sanción. Tienen fama los agentes de Mieres en esto de perseguir a delincuentes del spray, pero ni aun así se amedrentan algunos y algunas.
No me digan que no sería fácil dar con quienes convirtieron unas paredes blancas, recién pintadas, en muros para ganar seguidores. Aunque las cuentas ya no estén activas, no creo que sea difícil localizar a estos artistas, que revelan datos personales en sus pintadas. Estoy segura de que con que cayera uno o una, caían el resto. Y estoy convencida de que sería dar una lección a quienes muy probablemente aún no sean mayores de edad, a juzgar por algunos de los elementos de estas obras de arte.
Fuerzas y cuerpos de seguridad que leáis este artículo, a por ellos y ellas. Un toque de atención a tiempo les enseñará que no deben estropear bienes ajenos; una sanción práctica como limpiar lo pintado les hará ver que se equivocaron, y es posible que así aprendan a ser mejores ciudadanos y ciudadanas.
ÁLVAREZ
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