ASTURIAS 2.0: La autoridad del docente

“Ley de autoridad del profesorado”. Hasta el nombre se las trae… Para quienes no estén muy enterados de qué estoy hablando, no se preocupen, que resumo…
Resulta que el Parlamento asturiano ha aprobado la antes mencionada ley, a propuesta de UPyD, con el voto favorable del PSOE e IU y que tiene como principales novedades el convertir al profesor en autoridad pública (como también son los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado). Precisamente ahí viene lo bueno, en caso de conflicto tendrán presunción de veracidad en todo aquello que informen o declaren, vamos que si tienes un padre o un alumno tiene un ‘conflicto’ con un profesor, va a ser verdad siempre lo que el profesor diga, salvo que el padre o el alumno demuestren lo contrario.
Esto era lo que más o menos existía antes, solo que ahora se recoge en ley. Cuando estaba en el instituto de La Villa, en plena clase de gimnasia sufrí un fortísimo ataque de asma –soy asmático desde siempre-. La profesora, de cuyo nombre no quiero acordarme, sabía que era asmático, lo tenía en una ficha que había que entregarle a principios de curso, se lo había dicho no sé cuantas veces. Estábamos corriendo en el gimnasio de los arcos. Cuando comencé a ‘ahogarme’ decidí parar, pero ella me obligó a seguir, amenazándome con suspenderme la prueba. Continué y el ataque fue a más, hasta que paré y me fui. ¿Qué hizo ella? Salir detrás de mí y decirme que al final de la clase me llevaría al jefe de estudios, a que me castigara por abandonar la clase.
Una vez allí, y algo recuperado, yo le expliqué al jefe lo que había pasado, y que la profesora sabía de mi enfermedad. Ella lo negó… ¡y la creyeron, pese a que yo insistía en lo de la ficha y en que se lo había contado! Aquel conflicto me valió para suspender gimnasia durante los dos trimestres que quedaban, sin que yo pudiera demostrar nada, porque el jefe había presumido como veraz lo que aquella tipa le había dicho.
Volviendo a la ley, con ella se busca que haya un mejor clima de convivencia en los centros escolares y que haya más respeto y una mejor convivencia. Así como lo oyen, el Gobierno se preocupa de algo de lo que debería preocuparse cada uno de los centros respecto de sus propios alumnos. También se busca –y esto lo veo bien- que los padres nos involucremos un poco más en la resolución de conflictos en los que son parte nuestros hijos.
Que se trate de buscar orden, respeto y disciplina en los centros escolares asturianos a través de una ley hace ver que quizás falta lo antes mencionado, que quizás los profesores y directores se han vuelto más permisivos en estos últimos años, no sé. El contenido de la ley no ofrece tampoco muchas novedades, es más o menos, salvo alguna diferencia como la que antes comentaba, lo que se venía haciendo en las aulas, al menos en mi época, en la que lo que decía el profesor era siempre la verdad, en la que cualquier cosa que hicieras fuera de lo ‘normal’ te llevaba ante el jefe de estudios o el director, o te dejaba sin recreo. Más de lo mismo es lo que busca esta ley.


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