“Algo
así tenía que haberlo aquí en Mieres”.
Esta era una de las cosas que me contaba un conocido que vive en La Villa
respecto de un tema que estuvo y está de actualidad: la ordenanza que aprobó el
Ayuntamiento de Gijón en la que, entre otras cosas, se prohíbe el consumo de
bebidas alcohólicas en las inmediaciones de centros educativos,
sociosanitarios, instituciones y lugares de interés histórico, artístico o
cultural y a una distancia mínima de 50 metros de viviendas habitadas.
Este conocido me contaba un sábado por
la mañana de hace un par de semanas, en pleno de La Villa del día posterior al
botellón, llena de vasos, botellas, cristales y suciedad, que en el barrio solo
se libran de gente joven bebiendo, música a tope hasta las tantas y la suciedad
posterior en los meses de verano, cuando cierran los pubs que hay en el barrio.
Lo peor, según esta persona, que trae
consigo el botellón no es todo lo anterior, sino los destrozos que ocasionan
quienes lo practican. Me contaba que hace meses habían roto un cristal de la
puerta del portal, y que era habitual encontrar la puerta del portal orinada o
con cosas peores.
Si cogiéramos la ordenanza del
Ayuntamiento de Gijón (aprobada solo con los votos de PP y FORO, ya que PSOE e
IU se opusieron a ello) y la aplicáramos en Mieres, el botellón desaparecería de
La Villa (por el tema de los cincuenta metros de viviendas habitadas), así como
de la zona de la Casa Duró (por ser un lugar de interés cultural), del entorno
del instituto y del Campus (al tratarse de centros de enseñanza) y del entorno
del centro médico Mieres-sur (al ser un centro sanitario). Aprovecho también
para comentar que no es la primera vez que me cuentan que el jardín trasero del
edificio se viene usando a modo de espacio polivalente: como picadero, como
lugar para el botellón, como zona de esparcimiento canino…
Y quien habla de La Villa habla
también de la calle Covadonga, donde cualquier viernes o sábado se ve gente
joven (y no tan joven) bebiendo en la calle o en los portales de la misma.
Con la ordenanza de Gijón aplicada en
Mieres solo se podría beber en los pubs, bares y demás y en las terrazas de
estos y el botellón, como tal, solo podrá hacerse en un descampado que diste al
menos 50 metros de viviendas habitadas y cerca del cual no haya ni colegios, ni
centros sanitarios ni edificios de interés artístico, histórico o cultural.
Pocos lugares veo para ello…
No creo que quienes están en el
Ayuntamiento de Mieres se pongan ahora, después de tantos años, quejas
vecinales y demás historias a pensar en sacar una ordenanza de estas que, en lo
personal, solo creo que servirá en Gijón, al igual que pasó en otros sitios con
ordenanzas parecidas, para sacar el botellón del casco antiguo y llevarlo a un
lugar ‘más retirado’.
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Comentarios
Pese a que soy bastante xoven nunca entendí que gusto pue dar el beber na cai, de pie, pasando frío. Na mi época díbemos a los pubs pero tábemos dentro, tomando algo y ligando...
Permiten también que los pubs estén con el 'zumba-zumba' hasta las tantas y que los que los regentan cometan mil barbaridades en una noche.
Solo intervienen cuando hay peleas. Nada más.
Mano dura es la que se necesita...