Diez de la mañana del día 23 de agosto
de 2007. Rosa Pilar A.L., de 45 años, enferma de esquizofrenia discute con su
madre, Olga Inés, de 73 años, en el piso en el que ambas vivían, junto al padre
de Rosa Pilar, en la calle La Vega. La riña tiene por causa la medicación que
esta última debía tomar. La discusión va a más y Rosa Pilar empuja a su madre
al suelo, propinándole varias patadas y golpeándola con una silla. Cesa en los
golpes para ir a la cocina, donde coge un cuchillo de 11,5 cm. de hoja, que
luego clava en el cuerpo de su madre en cinco ocasiones, mientras permanecía
sentada sobre ella con el fin de evitar que pudiera defenderse.
*Esquela en el portal del edificio, en la calle La Vega. |
Es el relato de hechos probados que
recoge la sentencia de la Audiencia Provincial de Oviedo nº 1/2009, a través de
la que se resolvió, judicialmente hablando, el caso, desarrollado ante un
tribunal de jurado.
La sentencia deja claro que Rosa Pilar
padecía una esquizofrenia paranoide y que sus familiares se habían dirigido en
varias ocasiones al SESPA, pidiendo su internamiento en un centro para personas
con alteraciones psíquicas. Sin embargo, el SESPA nunca llegó a contestarles.
La concurrencia de esa esquizofrenia
paranoide que, al momento de cometer los hechos “anuló la voluntad y el conocimiento de Rosa Pilar”, como apunta la
sentencia, hizo que se le aplicase la eximente de responsabilidad criminal de
alteración psíquica, y que fuera absuelta del delito de asesinato que se le
imputaba. Sobre ella recayó, no obstante, una medida de seguridad privativa de
libertad, consistente en su internamiento en un centro adecuado para el
tratamiento de su enfermedad psíquica, con el límite máximo de 15 años, en función
de cómo evolucione en su enfermedad. Aún cumple condena.
A ello se le unió la prohibición de
residir o acudir a Mieres y comunicarse y aproximarse a menos de 500 metros
respecto de su padre y hermano, durante 10 años.
Ese fue el saldo de un crimen que en
su día tuvo mucho impacto en el concejo, en particular, en la céntrica calle La
Vega, donde ambas mujeres residían.
Tweet
Comentarios