LA TRIBUNA DE MONTERDE: Enamorados por doquier

¡Alerta! Los enamorados han enloquecido en Mieres. Las calles de la villa han sido invadidas por una legión de jóvenes y no tan jóvenes cuyo corazón late por encima de las trescientas pulsaciones por minuto, que tienen la mente obnubilada y sienten cosquilleos en el estómago. Sus únicas armas son folios, rotuladores azules y rojos y fotografías de sus amadas y amados. Con estos instrumentos y una portentosa dialéctica han procedido a declararse por escrito a todas aquellas personas que les han robado el pensamiento.
Los versos de cualquier poeta se quedan cortos en comparación con la prosa fina, elegante y sacada directamente del corazón, que estos enamorados muestran hacia las personas que les quitan el sueño:
Declaración de amor sobre portón del polígono de Vega de Arriba
“A mi a tu pitufina, cosina, nadie jamás en la vida podría hacer ningún regalo a cosina”. Se lee en la primera mitad de esa gran pancarta aparecida sobre el portón de una nave abandonada del polígono de Vega de Arriba. El enamorado, que no es parco ni en palabras ni en celofán pero sí en comas y acentos, sigue deshaciéndose en halagos hacia su “gitanina” en una segunda columna, en la que asegura que “tú pitufunia eres vida entera”, tras unas palabras difíciles de entender a simple vista. ¡Cómo de barrocos son estos enamorados de Mieres!

Mientras que unos declaran su amor en pancartas, otros lo hacen en folios pegados en cualquier pared o tablón de anuncios del casco urbano. De nuevo, otra “pitufina”, una imagen con la que estos enamorados identifican a sus amadas, es la destinataria de un bonito y conciso mensaje:
Un folio de amor, en un tablón de La Villa
“¿Casar te quieres conmigo?”, si se lee de izquierda a derecha. Los mierenses esperamos ansiosos una nueva tirada de folios en la que esa pregunta se resuelva, ya sea con los novios posando rodeados de un mensaje que diga “Sí, nos casamos” o, con el “pitufín” en solitario, triste y con una leyenda que diga algo así como “Me dijo que no”. 

Mieres ha sido invadida por estos románticos prosistas entre los que figuran hombres y también mujeres, como la autora de este otro cartel, difuminado por la lluvia y en el que es posible ver a un hombre, al que se dirige un mensaje que bebe de los románticos del siglo XVIII:
Otro folio, en un tablón de la Plaza de Abastos
“Te amo asta morirme”. Intensa y tan sonora declaración de amor, en la que ha se ha prescindido de aquello que no produce sonido.
Como diría Antonio Machado, “Tejidos sois de primavera, amantes”. Una primavera que ha revolucionado las hormonas y la creatividad de los enamorados mierenses, que han agotado las existencias de rotuladores de tintas roja y azul para plasmar en folios y pancartas sus sentimientos. ¡Viva el amor!


Cuando en febrero comenzamos a planificar los contenidos especiales del décimo aniversario, propuse que una de mis tribunas de esas semanas de aniversario fuese lo más desenfadada, irónica y hasta literaria, sobre un tema trivial, sin importancia alguna. Algo distinto, en definitiva. La propuesta fue aceptada y este que han leído ha sido el resultado de aquella idea, inspirado en lo que parece ser una moda o un reto de los que promueven las redes sociales. Algo de lo que ningún periódico hablará, aun cuando en ocasiones los lectores de prensa agradeceríamos que nos informasen de menos catástrofes y tragedias y de más banalidades como esta de los enamorados.

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