EN ACCIÓN: Diasa Pharma, 12 millones de euros en una reindustrialización fallida

A finales de 2002 se anunciaba un importante proyecto para la creación de empleo en Turón. Dos eran sus artífices: un empresario, Manuel Adenso Iglesias y SADIM Inversiones, filial del grupo Hunosa creada para diversificar la actividad empresarial de la hullera.
El proyecto, que se articuló sobre una sociedad anónima, Laboratorios Diasa Europa S.A., comenzó a materializarse a finales del 2002 en un inmueble que la empresa adquirió a Hunosa situado en La Cuadriella. Diecinueve años después, este edificio, junto a la nave que la empresa construiría años más tarde, se encuentran a la venta en dos inmobiliarias, una de ellas la misma agencia de El Ejido (Almería), que tiene en cartera el Palacio de Riba, en Cenera, otro fallido proyecto empresarial del que les hablamos hace unos meses. 
¿Cómo llegó todo a ello a este punto? Lo recordamos en este nuevo reportaje, ilustrado con fotografías del estado actual de la planta de La Cuadriella. 


Laboratorios Diasa Europa S.A. se constituía oficialmente en 2003, con una primera subvención de 3.470.000 euros a cargo de fondos mineros para arrancar su actividad y contratar a unos 125 trabajadores. Su actividad inicial aunaba la fabricación, venta, importación y exportación de medicamentos. En general, y salvo problemas puntuales, como el expediente sancionador que en 2006 el Ministerio de Sanidad abrió a la empresa por una presunta manipulación ilícita de fármacos, Diasa mantuvo la actividad, aunque no alcanzó las cuotas de empleo prometidas, moviéndose entre los 80 y los 90 trabajadores.

Por aquel entonces, después de tres años de actividad, Diasa tenía presencia en mercados como Portugal, Argelia, Polonia o Rusia y las necesidades de producción llevaron a sus administradores a construir un segundo edificio, una nave en la que ampliar el laboratorio farmacéutico y la fábrica de medicamentos. Corría el año 2006 y, a tal fin, la planta recibía nuevas subvenciones del Programa de desarrollo alternativo de las Comarcas Mineras, también conocido como fondos mineros. En el acto de colocación de la primera piedra del nuevo laboratorio, el consejero delegado de Diasa, Manuel Adenso Iglesias, celebraba haber invertido 11,2 millones de euros en el valle de Turón y prometía ampliar su capital humano hasta los 160 trabajadores.

Unos meses más tarde, en julio de 2008, la sociedad cambió su nombre a Laboratorios Diasa Pharma S.A. y se abrió a la producción y venta de productos de perfumería y al comercio al por mayor de aparatos de ortopedia e instrumentos de medicina, cirugía, odontología y veterinaria. La planta contaba, a finales del 2008, con un centenar de trabajadores.
Dos años después, aquella ilusión se desmoronó. En enero de 2009 se dieron a conocer los problemas de liquidez que atravesaba la empresa y que se tradujeron en numerosas protestas de los empleados, a quienes se les comenzaron a deber salarios. En mayo se aplicó un primer expediente regulador de empleo (ERE), de cuatro meses, para toda la plantilla, al que siguió otro en septiembre, de dos, y un tercero, de nueve meses, que se prolongó hasta mayo de 2010. La producción se detuvo pero no por ello dejaron de aumentar las deudas. El consejo delegado de Diasa contrató en febrero de 2009 a la firma Moore Stephens Fidelitas Auditores para que realizase un exhaustivo análisis económico de la empresa. Sorprendentemente, en mayo, mientras desde Diasa se insistía en recuperar la actividad, comenzaban a dimitir y solicitar su cese algunos de los consejeros, como el actual presidente de Hunosa, Gregorio Rabanal, el abogado Eloy Fernández o el economista Fernando Pérez. Sadim también abandonó el consejo, en el que solo se quedó Manuel Adenso Iglesias. Fue él, perito mercantil convertido en empresario, quien solicitó en octubre de 2009 la apertura de concurso voluntario de acreedores. La liquidación de la empresa se abriría un año y medio después, en mayo de 2011.

El concurso terminó en 2017 con una sentencia del Juzgado de lo Mercantil número 2 de Oviedo por la que se condenó a Manuel Adenso Iglesias a diez años de inhabilitación para la administración de bienes ajenos, y a Eloy Fernández y Fernando Pérez a cinco cada uno. Los tres fueron condenados, además, al pago del 100% de la deuda concursal de Diasa, que llegó a alcanzar los 21 millones de euros. Por su parte, Sadim, que en 2013 dejó de estar presente en los consejos de administración de aquellas empresas participadas por esta filial de Hunosa, fue condenada a dos años de inhabilitación para la administración de bienes ajenos y al pago de 420.000 euros. Sin embargo, más de una década después, Diasa aún adeuda salarios a quienes fueron sus trabajadores.
Durante el proceso concursal, se pusieron a la venta distintos bienes que permitieron rebajar la deuda de la sociedad y Bankia se hizo con los inmuebles de La Cuadriella. Tanto el laboratorio como el edificio de oficinas han sido objeto de actos vandálicos y en ellos se aprecian las consecuencias del paso del tiempo sin uso. En el interior del laboratorio, al que se accede sin mucha dificultad, se acumulan decenas de botes de pastillas sin abrir y otras miles esparcidas por el suelo. Grafitis en las paredes y el destrozo de ventanas, tuberías y conductos del aire muestran cómo los vándalos han hecho de las suyas, aprovechando lo aislada que está la factoría. 

En el anuncio de la inmobiliaria de El Ejido, que no fija precio, destacan como atractivos de venta que las construcciones suman 3.984 metros cuadrados en una parcela de 33.800 situada "en la localidad asturiana de Figaredo" (sic).
La segunda agencia que cuenta en cartera con los inmuebles de Diasa tiene sede en Madrid y sí pone un precio para este fallido conjunto industrial: 680.000 euros, impuestos no incluidos. "Por sus características, sería ideal para montar una gran fábrica de suministros o un gran almacén industrial", explican. "Además, se encuentra justo al lado de la AS-337 para estar conectado con todas las localidades de los alrededores, como Repipe, La Cuesta, Sarabia o Villapendi", sostienen, como uno de los argumentos de venta.

¿Volverá la actividad a lo que fue Diasa Pharma? El tiempo tendrá, como siempre, la última palabra. De tener una segunda oportunidad, ojalá que corra con mejor suerte que en la primera y que empresarios y administraciones aprendan de los errores del pasado, errores que han llevado a Diasa Pharma a ser uno de los modelos a evitar en la gestión de subvenciones y fondos públicos.

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